Rostro de niña
Con dulce mirada le hablas a la distancia como preguntando si acaso el amor verdadero pronto te conocerá, una ternura desnuda reposa tranquila en tus ojos que miran inocentes y esperan con sanas ganas las alegrías de la vida, aquellas que de pequeña se escuchaban en planes maravillosos de un porvenir lleno de felicidad.
¡Qué lindos tus ojos! Ellos quieren mirar más allá de la pared de la verja, descubrir afuera un mundo nuevo, con gente diferente, lleno de luces y sombras con colores brillantes y sonidos vibrantes, en ellos se refleja la ilusión de saberte amada como mujer, te seduce esa idea de sentir y te llena de ansiedad la espera.
Aunque callan, tersos tus labios quieren contarle al viento de los anhelos que guarda tu corazón, quieren ellos cantar melodías profanas al compás de la brisa nocturna sin prisa por terminar un paseo bajo la luna por las orillas del mar donde la espuma de las olas limpia las arenas preparando un lecho para dejarte amar.
¡Qué sensuales tus labios! Ellos quieren sentir la humedad de unos besos que le desvelen a tu boca el sabor primero de un placer sin miedo, besar olvidando cómo suena el reloj del aposento, respirando con pausa para disfrutar también las caricias que alboroten tu pelo y te dejen la piel estremecida deseando un mordisco.
Aquí hoy tus palabras nada dicen, no tienes Tú que hablar, la energía de tu ser deja su huella impregnada en las fotografías de tu vida y el azar se ocupa ahora de mostrarlas a mi alma que con bondad las mira y las escucha, empero lo que me dicen ellas es privado y lo interpreto Yo según puedo, acaso con mi sano juicio.
¡Qué lindos tus ojos! Ellos quieren mirar más allá de la pared de la verja, descubrir afuera un mundo nuevo, con gente diferente, lleno de luces y sombras con colores brillantes y sonidos vibrantes, en ellos se refleja la ilusión de saberte amada como mujer, te seduce esa idea de sentir y te llena de ansiedad la espera.
Aunque callan, tersos tus labios quieren contarle al viento de los anhelos que guarda tu corazón, quieren ellos cantar melodías profanas al compás de la brisa nocturna sin prisa por terminar un paseo bajo la luna por las orillas del mar donde la espuma de las olas limpia las arenas preparando un lecho para dejarte amar.
¡Qué sensuales tus labios! Ellos quieren sentir la humedad de unos besos que le desvelen a tu boca el sabor primero de un placer sin miedo, besar olvidando cómo suena el reloj del aposento, respirando con pausa para disfrutar también las caricias que alboroten tu pelo y te dejen la piel estremecida deseando un mordisco.
Aquí hoy tus palabras nada dicen, no tienes Tú que hablar, la energía de tu ser deja su huella impregnada en las fotografías de tu vida y el azar se ocupa ahora de mostrarlas a mi alma que con bondad las mira y las escucha, empero lo que me dicen ellas es privado y lo interpreto Yo según puedo, acaso con mi sano juicio.
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