Soy yo, Piccolo.
Soy yo, Piccolo.
Cada mañana me place cuando el tibio sol del amanecer me baña después de salir al balcón donde está mi arena (Ustedes saben a qué), luego a desayunar en el mueble un poco de fresca comida seca de la caja verde, deliciosa y crujiente, siempre con un fondo de leche fría para empezar el día con alegría, entonces espero que mi Abuelo cuele café y me dé jamón de la nevera.
Gracias al cariño cotidiano de mi Padre soy un felino feliz y con los sabios consejos de mi Abuelo he podido aprender a treparme por los muebles de la Casa sin dañar los cojines (trato por menos), aunque admito que todavía no logro resistirme a rasgar la alfombra del Estar cuando salgo de la habitación al despertar (tengo que trabajar en ello), es que aún estoy joven.
No me quejo, nada exijo, pero a quienes dicen que van sin problema alguno a todo sitio en cualquier momento, sin ánimo de discusión les presto mis zapatos para que anden por donde yo camino, pues hablar sí es fácil y no cansa el cuerpo ni fatiga el alma, cuando hay que cumplirle a la vida es que el camino todo lo exige, entonces el paso se enreda y hay que pisar fino.
• En paz Abuelo, me voy abajo a jugar con la jirafa.
17-Abr/2020 (Serie Conversando con Piccolo)
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