Desde que no estás

Desde que no estás

Ahora, después que sale el sol y comen los gatos, se quedan calladas las mañanas, se nota la falta de atención, no hay palabras remotas ni risas distantes, la indiferencia reina a través de la geografía y no importa si llueve ó hace calor, pues ya con nadie nada hay qué comentar.
Desde que no estás las mañanas son sólo café negro y desayuno ligero oyendo las noticias, y nada dicen.
Nunca pensé que un día podría extrañarte tanto. Hoy sé.

Ahora, después que el sol candente se queda parado a la mitad del cielo, cuando divide el día en mañana y tarde, respiro dos veces sin mirar al suelo, oigo el silbido del silencio, se queda callado el ambiente, el almuerzo es algo insípido esperando apenas que acabe el atardecer.
Desde que no estás las tardes se hacen largas en la espera de un mensaje, de una llamada, de una señal.
Nunca creí tener estos deseos de conversar con alguien.

Ahora, después que se agota el día en su trajinar repetido y el cielo, inexorablemente, entrega sus últimos colores al horizonte, las ansias crecidas se hacen notar por todo el cuerpo, temblando la piel involuntariamente y a seguidas cruje triste el esqueleto pidiendo ese cariño.
Desde que no estás con nadie contemplo la luna que te busca, no veo estrellas brillar en el firmamento.
Nunca imaginé que un recuerdo podía vencer mi silencio.

Ahora, después que la noche bosteza cansada después de la cena improvisada, aparecen escurridizas en la mente aquellas canciones románticas que alguna vez cantamos entre risas y copas de vino, cerrar los ojos sólo empeora las cosas, todo pierde sentido, sin motivo no hay sonrisa.
Desde que no estás la cama se hace grande, las almohadas se quedan duras, y nadie las saca las sábanas.
Nunca soñé sin dormir y mucho menos dormirme sin soñar.

26-Abr/2020 (Serie 4x440)

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