Es triste querer sin tener

Desperté ayer sin querer los fantasmas del amor, los mismos de antaño que se habían marchado a dormir a unos lares lejanos después de uno y otro fracaso, inocente pensé que podría volver a reír sin razones, a mirar curioso tras los reflejos de los espejos sin albergar temores, sin duda evolucioné de ingenuo a tonto sin pasar por las etapas marcadas que se ventilan del ver al conocer para terminar en el confiar que luego permite el amar.

Es triste querer sin tener, aunque, a pesar de saber que todo puede ser nada en un instante cualquiera, siempre queda una esperanza prendida sin miedo de una fina vena del corazón, una esperanza vieja, sorda y ciega que espera conocer el amor verdadero que se sueña desde antes de nacer, ese sentimiento sublime que nos vende sin garantía la entrada al cielo, sin siquiera saber qué día es la función nos aferramos al menor indicio de amor.

Es triste querer, con todas las ganas vivas desde los adentros, abrazar a todo cuerpo y besar cerrando los ojos con la confianza de sentir el íntimo sabor en los labios de la correspondencia. Involuntario es el deseo de felicidad que buscar la paz y por ello no merece crítica alguna el intento de hallar la contraparte que bien se nos acople en cuerpo, mente y espíritu para disfrutar del amor en todas sus dimensiones cada vez y otra vez.

Es triste querer para luego saber que tal credo no era cierto, que una ilusión cegó el entendimiento, porque así sucede, siempre se es el último en conocer la noticia del amor fingido sin pudor, o dicho mejor, del desamor puro y simple que nos engaña.
Por esto a veces escucho Yo aquel bolero triste que habla de la experiencia de los viejos amantes, y que cuenta con mucha razón que "es mejor para convivir, comprender más y amarse menos".

15-Abr/2020 (Serie 4x440)

Comments

Popular posts from this blog

Me deleito con tu personalidad

Maroteando

El Gato entendió