Nos faltó madera

Teníamos muchas ilusiones bonitas que mucho coincidían, queríamos hacerlas realidades desde siempre, algunas habían estado guardadas por años y otras recién habían parido, pero todas tenían algo en común, “deseo de amar”, un deseo por tener entre los dedos un amor apasionado, de sentir una piel coqueta que se enervara al contacto del ser amado, un deseo de llegar al cielo a la hora de amar, de gozar cada momento cual si fuera el último.

Hablamos sin prisa, sin temores nos vimos, nos reencontramos con prudencia y luego nos conocimos sin tener expectativas para lograr algo distinto a cultivar una amistad, eso me decía Yo, después la cosa nuestra fue evolucionando y las palabras fueron cambiando de tono y contenido, fue casualmente placentero al principio, las risas dominaban el ambiente siempre, lo cual disipó todo pudor para conversar, algo que no previmos en principio.

Entonces la suavidad de la piel ajena, por separado y en nuestra presencia, nos hizo estremecer inadvertidamente, las mejillas se enrojecieron y quedaron sobrando las explicaciones, todo es diferente cuando es mutuo y así se modificaron las posturas en las sillas y en el caminar, sin planificación. Mas la velocidad no se hizo esperar, unos detalles cambiaron los colores del rostro por muecas de desacuerdo, de repente lo nuestro terminó.

Todo parece indicar que nos faltó madera para mantener el fuego encendido en llama viva, ese fuego azul, propio del amor, ardiendo entre la pasión y lo cotidiano de dos enamorados perniciosos, o mejor dicho, entre un par de soñadores maduros enganchados a enamorados fanáticos, dos que estaban locos intrínsecamente desde antes, dos presuntos amantes de la madrugada, y todo esto, posiblemente, por la falta de un amor bueno, uno verdadero.

19-Abr/2020 (Serie 4x440)

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