La pata blanca
♦ Abuelo, ven, que me duele una pata. ♣ A ver... ¿Qué te pasa? ¿Dónde te duele? ¿La pata blanca es la que te duele? ♦ Sí, esa, no puedo apoyarme de ese lado, me duele mucho, estoy cojo. ♣ Ven Tomás... Déjame revisarte... ♦ ¡Suelta Abuelo, que me duele! ♣ No parece que está zafada del hombro ni del codo. Ven, dime... ¿Qué te pasó? ¿Te caíste de una pared alta? Dime la verdad. ♦ ¡No! Bueno... Sí, pero me empujaron. ♣ ¡Oh! Estabas pendenciando en la pelea de la madrugada, ¿verdad? Oí unos gritos. ♦ Un gato grande pasó corriendo y me tumbó, y me caí para la calle, y no pude agarrarme de nada, y Fred riéndose, ese... ♣ Pata Prieta, te he dicho que tienes que tener cuidado, todavía eres un gato joven y no sabes bien andar por paredes altas. ♦ No fue mi culpa Abuelo, yo estaba mirando de lejos. No me meto en pleitos. ♣ Bueno, mañana te llevaré a donde la veterinaria para que te chequeen bien. ♦ ¿Qué? ¡No! No Abuelo. Ven, ponme una curita y abre una comidita de lata, que yo me sano pronto, ver...