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Showing posts with the label Esther y Javier

Una espera larga

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La tarde despachó su mirada de la tierra caliente ya, ha dado paso a la noche oscura. La luna no ha dicho presente... Las palabras de bajo tono que una noche, aquella noche, representaron la cruda verdad de la realidad, hoy resultan arrepentidas y embusteras. Esther espera cada noche una visita especial, que le haga recordar la felicidad de antes, espera volver a hacer el 57 ó el 61, ó el 19, ó el 32, ó el 40... Pero noche tras noche la puerta se abre y se cierra y no llega su ambición, sólo pasan cometas prendidos que alumbran su piel por un momento y luego siguen su trayectoria; la flor del pubis ya no es fragante, hoy está deshojada y yace triste, hoy no tiene quién la cuide. Resulta difícil volver atrás, volver y pedir perdón y mendigar amor, resulta muy difícil borrar la cara de orgullo una vez que se ha dicho todo. Cansada, con unas sucias monedas sonando en su bolsillo se aleja para siempre del Café Ariel, donde pasó tantas noches burlando la pena con la mueca d...

Despedida en el Boulevard de San José

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Hay un rincón del alma destinado a los recuerdos; Javier espera ansioso el final de una despedida para guardar allí sus frutos. Javier lleva ya dos años citándose con Esther en el Boulevard de San José, lleva dos años amándola sin quererla realmente, sólo por placer, como ha querido antes a muchas, sólo pensando en pasiones; así lleva ya veinticinco victorias en el Boulevard de San José, veinticinco victorias y sigue invicto. Pero Javier está ya cansado de las mujeres del Boulevard de San José, está harto de tenerlas en su cama alquilada, ya no resiste mirarlas desnudas después, ya no soporta verlas junto a su vehículo esperando que Él salga de los bares; ya Javier no anhela besarlas, no ansía tocar sus cuerpos cubiertos de seda, ya no quiere perfumarlas por doquier con su aroma varonil, para borrar las huellas de otros. Javier ya ha saciado su pasión anónima, ya se acabaron sus deseos de placer con rostro fingido, los que alguna vez parecieron infinitos. A Esther le llama...