Yo, Ella, hoy.
Y Yo quería hoy darle un gran abrazo besar sin prisa sus labios. Y Ella igual quería hoy sentir el calor de mi piel en su cuerpo. Y hoy el Destino dijo que no, y no. aun así ninguno lo discutió. Si supiera Ella cuánto la extraño. Bastaría con decirle que me hace falta sentir sus manos entre las mías, jugar con su cabello. Quiero hoy abrazarla ya, de cuerpo entero, y que mi única vestimenta sea la sonrisa pícara al sentirla desnuda entre mis brazos. Creo que nunca me preocupó que su olor no fuera a ser de mi agrado. Aunque tampoco nunca me imaginé que ahora me gustaría tanto. Cada parte de tu piel es anhelo ciego, cada rincón de su cuerpo es deseo de placer sin tiempo y cada instante de pasión entre sus brazos es locura ingenua del más grande amor que nos despertó. Pensando entonces me quedé, incluso mirando a lo lejos, pensando que el otro día sólo llegué a morderla una vez. Fue sin duda la izquierda, así pues me falta todavía morderle la nalga derecha. Desde que la conocí en persona, ...