Leonardo BALDISSERI ALLANIC

Paseo en la calle • Abuelo ¿por qué a los perros los sacan a la calle amarrados? √ Su Mamá los lleva a pasear todos los días y por ahí aprovechan para hacer sus necesidades. • A Mí no me sacan a pasear ¿por qué? √ Piccolo, tú todavía eres muy joven, además tú tienes el patio para andar y tienes tu arena para lo otro. No logro entender por qué los perros, que no hacen oficios en la Casa, tienen paseo en la calle todos los días y yo aquí cuidando el huerto de las babosas y los gusanos, bajo este sol tropical, que no es fácil. • Abuelo, ¿por qué a los perros les limpian las patas cuando vienen de la calle? √ Lo que pasa es que tenemos que tomar precauciones para no enfermarnos, en la calle hay mucho sucio y anda un virus malo también. • ¿Un virus? ¿Qué es eso? √ Después te explicaré, mientras tanto ve a vigilar el huerto. El Abuelo siempre con las mismas historias, que estoy joven, que después me explica, y cuando le pregunto a mi Papá me dice que hable con el Abuelo, será que van a esper

Y se quedó en el camino esperando un destino feliz todo aquello que soñamos hacer, lo que nos dijimos con caricias bajo la luz de la luna, las miradas y las palabras que ayer fueron la ilusión de reivindicar unos placeres que se habían quedado restringidos en el espacio. Solas se quedaron mis manos esperando las tuyas para juntos caminar de nuevo por aquellas viejas calles de piedras que otrora fueron escenarios de inesperadas pasiones. Aquellas conversaciones espontáneas sin cuidar horarios, los poemas azules día tras día y las canciones románticas "a cappella" prometían ratos apasionados de absoluta locura al tenernos presentes, sin miedos los dos desnudos ante la luna, piel con piel sin distancia y sin pausa los besos, lo demás quedaba por concretarse, las caricias espantaron cualquier duda de si sería sensacional alcanzar juntos el clímax y seguir más, y gozar más. Ahora entiendo que fuiste cobarde por no abrazarme y sagaz tomar entre tus labios mi boca para dejar las pal

La curiosidad del gato No sé qué es lo que está pasando, pero cada día como que está aclarando más temprano y está haciendo más calor, ya me estoy levantando con sueño. El Abuelo estaba la otra noche diciendo algo del verano, a lo mejor esos son los calores que vienen llegando. • Abuelo, ¿a qué sabe eso? Déjame probarlo. √ No Piccolo, la comida de los humanos no es para los gatos, tú tienes tu comida seca, ya mucho hago con darte leche por la mañana y jamón al mediodía. • Pero Abuelo, es a probar nada más, para saber a qué sabe. ¿Qué parte de “la curiosidad del gato” es que no se entiende? ¿Si yo quiero probar algo por qué no me dejan? Tampoco me voy a comer el pedazo entero. Digo, todo depende, si está bueno. Pero nada, iré a dar una vuelta y vuelvo ahorita, quizás me deja algo. √ Piccolo, dime del huerto ¿alguna novedad? • Todo bien por ahí, sólo que los perros brincando rompieron unas ramitas de orégano, pero ya le hice el reporte a mi Papá para que los regañe. √ ¡Ah! Muy bien, sigu

Lo alcancé a ver a lo lejos, caminaba despacio por la acera sur, traía los pasos lentos sin pisar las líneas del cemento, no parecía tener prisa. Al verme no pareció sorprenderse, apenas me dijo “hola Tú” y siguió su casual paseo vespertino. Wao! Aquel inconfundible saludo que tanto disfruté a principios de año hoy me pareció vacío, su voz me sonó hueca, sus ojos lucían cansados y sin más bajó la mirada retomando el ritmo de su caminar. Al responder su saludo quise decirle que parara un rato, que se sentara en mi mesa para conversar, la tarde ya terminaba, el cielo se vestía de gris y el ambiente olía a lluvia, pero a pesar de respirar dos veces no me atreví ni siquiera a pronunciar su nombre, creo que me faltó valor, o mejor dicho, me sobró nostalgia. Cerré los ojos y antes de que estuviera lejos nerviosa me paré y osada le dije, “oye, Guapo, ven, acompáñame un rato”. Aquel señor maduro, otrora encantador poeta urbano y gentil caballero, que fue siempre divertido y todavía es bien par

Mi Familia Humana Recuerdo que un día, siendo yo muy pequeño, me acarició mi Papá Humano con mucho cariño y me llevó Consigo, desde entonces mi vida ha sido diferente. Al siguiente día vi por primera vez una barba blanca que me abrazó y así empecé a jugar con el Abuelo, que cada día algo me enseña y me da jamón. • Abuelo, yo estoy creciendo rápido ¿verdad? √ Claro Piccolo, cuando llegaste eras una bolita de pelos con dos grandes orejas y un largo rabo. • Abuelo no exageres, pero dime algo ¿yo tengo una Mamá Gato? √ Sí Piccolo, claro que sí, tienes una Mamá Gato y un Papá Gato, pero ahora vives aquí y Nosotros somos tu familia. • Yo sabía, y los primos diciéndome cosas raras. √ Lo que pasa es que ahora tienes un Papá Humano y un Abuelo Humano que te cuidan y te quieren, igual que tus Tías y tus primos. • Ummm... Los primos. Mi Familia Humana es diferente, cada cual tiene su manera pero hay un cariño sincero y todos se soportan, yo tengo que buscarle la vuelta a los primos para convivir

Románticamente anticuado Trato de no pensar mucho en ello, pero a veces lo hago. Creo que vuelvo a pensarlo porque me quedé con la duda de entender si realmente algún “te quiero” envuelto fue verdadero ó simplemente fue todo parte del protocolo, salir del paso para avanzar en el conocimiento de la causa.  Quizá solamente aparentabas en mi presencia para no decirme razones ni explicar tu conducta, a ratos errática, acaso, lo hacías disfrutando de tu personalidad. Nada será más complejo y lleno de misterio que la aventura de enamorarse, un verdadero reto resulta, además, el bravo intento de coincidir plenamente en los sentimientos, o sea, poder amar con pasión a voluntad y ser amado en divina consecuencia con la correspondencia pertinente. Vivir el privilegio de un amor mutuo es lo máximo. Aunque suene cursi y románticamente anticuado, el amor debe ser cotidiano, muy intenso, que sea interesante. Románticamente anticuado, así soy Yo. Entonces, siempre me quedo como esperando, un mal hábi

Los oficios de la Casa Cada día desde muy temprano el Abuelo se levanta y se pone en actividad, claro que lo primero que hace es ocuparse de Mí, Papá también se tira de la cama y se pone a trabajar, y yo también le echo un ojo al huerto, lo que no me queda claro es qué hacen los perros además de ladrarle a todo el que pasa por la calle, y lo que comen esos animales. • Abuelo ¿y por qué no ponen a los perros a cuidar el huerto? Que se turnen, a ver si yo puedo descansar un rato y dormir tranquilo. √ Piccolo, tu Papá fue que te pidió que lo ayudaras a cuidar el huerto, además los perros no son tan observadores como tú. • Ummm... Claro, al dedo malo todo se le pega. √ Piccolo, te he dicho que dejes de rezar. • Piensa Abuelo, vamos a organizarnos, que este patio es muy grande y los perros lo único que hacen es ladrarle a los Delivery del colmado. √ Piccolo ¿quieres jamón? Je, je, el Abuelo cree que cambiándome el tema me va a envolver, ni que yo fuera un regalo de navidad, mientras tanto m

Son ciclos la vida De ciclos se compone la vida, todo nace, crece y muere, no lo he inventado Yo, apenas lo voy entendiendo. De pequeño quería hacer todo bonito y, además, que fuera duradero, pero a golpes me va enseñando la vida que todo empieza, cambia, evoluciona y termina, o sea, cumple su ciclo. Ahora, ya de mayor, voy aprendiendo a disfrutar del proceso, que es lo único que hacer puedo, para todo lo demás está la sociedad, que igual todo lo critica. Tanto pensar y tanto soñar, tanto hablar y tanto escribir... y al final me quedé solo con mis ideas revueltas y unos apuntes sin tabular que nunca llegarás a leer, acaso, porque al ver que me perdiste el interés, perdí Yo la ilusión de terminarlos para dártelos, pero ese polvo es harina de otro costal, como decían los viejos obreros del puerto. Finalmente comprobé en carne propia que ciertamente las palomas siempre vuelan donde hay pan. Así, cada ciclo trae consigo la esperanza, la alegría, la conformidad ó la pena, según el caso sea,

Los primos Nada como echar una buena siesta después de desayunar y hacer la ronda del balcón y la sala de estar. Cuando el Abuelo baje a ver si me deja salir al patio antes de que salga el sol y miro si anda molestando por el huerto alguna babosa, así le digo a mi Papá y me gano unos puntos temprano. Con suerte me deja jugar un rato con el agua de la manguera y ojalá no me moje. • Abuelo ¿por qué los primos son más grandes que yo? Así el pleito no es parejo. √ Bueno Piccolo, los perros suelen ser más grandes que los gatos. • ¿Y por qué ellos estaban aquí cuando yo vine, por qué yo no vine primero? √ Bueno Piccolo, ellos estaban primero porque nacieron primero que tú, son mayores. • Ya. El mayorcito es como medio odioso, a ese no siempre lo veo, ni ladra. √ Ah... Es que Lolo está de visita, ese es el papá de Dodger-Cucú, que a veces viene a darle vuelta, a ver si se está portando bien. Yo no estoy entendiendo, yo tengo un Papá Humano, un Abuelo Humano y no tengo Mamá, pero tengo tres tí

Desde que no estás Ahora, después que sale el sol y comen los gatos, se quedan calladas las mañanas, se nota la falta de atención, no hay palabras remotas ni risas distantes, la indiferencia reina a través de la geografía y no importa si llueve ó hace calor, pues ya con nadie nada hay qué comentar. Desde que no estás las mañanas son sólo café negro y desayuno ligero oyendo las noticias, y nada dicen. Nunca pensé que un día podría extrañarte tanto. Hoy sé. Ahora, después que el sol candente se queda parado a la mitad del cielo, cuando divide el día en mañana y tarde, respiro dos veces sin mirar al suelo, oigo el silbido del silencio, se queda callado el ambiente, el almuerzo es algo insípido esperando apenas que acabe el atardecer. Desde que no estás las tardes se hacen largas en la espera de un mensaje, de una llamada, de una señal. Nunca creí tener estos deseos de conversar con alguien. Ahora, después que se agota el día en su trajinar repetido y el cielo, inexorablemente, entrega sus

Hace días que he querido conversar Contigo y cada vez no he podido, quizás porque no sé cuáles frases utilizar, tal vez porque a los ojos no te puedo mirar, será que he perdido mi antigua habilidad para hilvanar palabras que tengan sentido romántico y credibilidad. Hasta que hoy finalmente ya todo lo dejo, te veo y me siento con una copa de vino y serenamente te miro. Hace días que te veo pensativa y he querido escuchar tus sentimientos, pero cada vez se escapan tus palabras por el este con el viento, cual chichigua, como buscando aquellas gotas de agua que mojaron tu cuerpo vestido y tu vida, para poder reír de nuevo bajo la lluvia de pascua a ojos cerrados, olvidando el pasado, como si no existiera el mañana que te mantiene callada. Hace días que te ríes aún sin motivos, tus labios se sonríen siempre que pueden, delante de la gente que saluda, frente a los lentes que a veces ni sientes mirándote en silencio desde lejos, incluso frente al espejo sola te miras y te sonríes, es fre

Las bolas en la sala • Oye Abuelo ¿puedo corretear las bolas amarillas peludas que andan rodando por la sala? √ Bueno Piccolo, tú sabes que las pelotas de tennis son de los perros, así que si ellos te ven te van a corretear a ti. • Pero Abuelo ¿somos primos verdad? Hay que compartir, como dices Tú, además yo no las voy a romper. √ Oye, mejor sube antes de que te vean y te den una carrera. Parece que al Abuelo se le olvida que los gatos somos entes superiores, siempre estamos un paso por delante de los perros, además los primos son de pata corta, no pueden competir con un felino tan hábil como yo. Meneando el rabo los confundo y cuando me ladran los ignoro, se ponen verdes de la rabia. Pero nada, paciencia que todavía faltan más días, no quiero pleito. • Tranquilo Abuelo, si me persiguen yo soy más rápido que ellos, me trepo en los muebles para que no me agarren. √ Ustedes son primos y tienen que aprender a convivir. • Sí, yo lo sé, el prietico es mi amigo, pero al blanquito lo tengo de

Hace unos días anduve caminando, solo, por las aceras y calles adoquinadas de la vieja ciudad, no podía evitar ir mirando los desniveles entre las piedras, donde tu pisada pudiera fallar, todavía ingenuo Yo, iba pendiente de tu brazo para sujetarte y cuidar tu caminar. Acaso sigo siendo aquel inocente caballero, el mismo que de nada fabricaba halagos para verte sonreír y notar un brillo en tus ojos que adivinaba a mi antojo, era bonito. No quería Contigo algo urgente, que fuera posible hubiera sido suficiente, ya hoy, sin embargo, en la parte trasera de la mente nos quedan apenas algunos recuerdos, truncos, donde resaltan la alegría de unos momentos y el aprendizaje del proceso; no era necesidad abrazarte, tampoco besarte, la debilidad de la carne no espera al reloj y las hormonas se revolotean y hacen caso omiso a las neuronas. Hoy, no sé si me piensas ó me olvidaste. Ya no sé de Ti, de tu vida, de tus días, de lo que haces a diario ya lejos de Mí, si acaso a veces me recuerdas ó tal

Jamón de pierna √ ¡Piccolo! Ven a desayunar que ya es de día. ¿Y qué fue, te cogió el sueño hoy? • Buen día Abuelo, ya voy, no, estaba arreglando mi cama. √ ¡Qué cómico! Si Yo te vi durmiendo cuando bajé al comedor, encima de un mueble adentro de un bol. • Bueno, ya está, estaba poniendo todo en orden para empezar el día con buen pie. • Y hablando de todo un poco Abuelo, dime del jamón, el que me diste anoche estaba más bueno que nunca. √ ¡Ah! ¿Te gustó? Lo que pasa es que ese es de pierna de cerdo y el otro era de pechuga de pavo. • No sé y no entiendo quién es quién, mejor dame del último, que me gustó mucho. √ Ajá, pero será para la cena, ahora te toca comida seca y leche descremada sin lactosa. • ¡Oh Señor! ¿Y este esquema ahora? √ Deja de rezar y come rápido, anda que ya tu Papá está en el huerto y tienes que bajar a ayudarlo. • Está bien Abuelo. ¡Padre santo ayúdame! • Dizque un gato cuidando el huerto de la Casa. √ Ya deja de rezar y apúrate. Muchas veces no parece que sopla el

Hay días que amanecen diferente, con más recuerdos de los sueños, con mayores vestigios de vigor y sentimientos, sobre todo cuando se ha dormido largo, y esos días se quedan sin guardar en la mesita de noche, algunas memorias de lo que otrora fue pasión y derroche, entonces salta en los labios la sonrisa de picardía, la misma que fue testigo de caricias y risas después de los gemidos espontáneos, y esos días son los que se quedan vivos. Esos días quedaron contados, numerados, y no precisamente en el calendario, sino en una lista privada de deseos que se quisieran repetir, ó dicho de otro modo, de reeditar con producción renovada y una tecnología avanzada, para multiplicar los placeres que rápidos se sintieron, y que poco duraron; esos días fueron apenas los avances de noticias para despertar los anhelos que estaban dormidos; esos días no se olvidan, o sea, así por así. Hay días que son de sol y sombra, de calor y frío, que por rememorar el olor de una piel se detiene el tiempo a mirarn

Los gatos también sueñan Este jamón está realmente muy delicioso, la textura, el olor, la temperatura, el sabor... ¿Eh, dónde estoy? ¡Oh Dios mío! No sabía que los gatos también sueñan, pensaba que eso era cosa de los humanos, pero todo parecía tan real. Parece que el Abuelo ya se levantó, oigo pasos, a menos que sea un intruso, bueno pues que se ocupen mis primos los perros de verificar eso. ¡Wao, qué cuaja tengo! Deja ir a comer algo. Ummm... Esto está raro, muy raro y no me está gustando, el Abuelo no me dio jamón anoche y aquí no me ha puesto tampoco, hoy me puso leche y comida seca nada más, no estoy entendiendo, yo me estoy portando bien y nada se ha roto últimamente, voy a tener que preguntarle porque así no fue que hablamos. ¡Ay no! ¡Ay no! ¡Ay no! • ¡Buen día Abuelo! ¿Cómo te sientes, cómo dormiste? Se te ve bien esta mañana. √ OK, dime Piccolo, este huevo quiere sal como diría mi Madre, algo estás tramando ¿ya te desayunaste? • Precisamente Abuelo ¿no habrá una lonjita de jam

Te escribiré cartas y poemas, bobadas y tristes versos, por lo menos por un tiempo, mientras ande suelto por mi mente tu recuerdo, total, si te voy a pensar sin poderte hablar, te escribiré. Quizás algún día me leas, cómo antes lo hacías de mañana, incluso antes de tomar el café. Te escribiré porque preciso sacar del pensamiento todo recuerdo vano de Ti, para que seamos libres los dos, digo, si es que ya Tú me has olvidado, Yo no lo sé. Cuando me sienta con mayores fuerzas, más de las que siento hoy, andaré por las angostas calles de la vieja ciudad, por aquéllas, donde te llevaba de la mano y te sujetaba por la espalda caminando entre piedras para lograr el paso sin resbalarnos, y quizás recuerde las risas, ó tal vez ya no, empero tengo que superar esos recuerdos antes de se queden grabados por siempre en mi corazón, ese que Tú no quisiste cuidar cuando fue todo tuyo. Cuando la luna deje de vigilarme y de recordarme cosas, de esas que vio algunas noches desde lo alto (Tú sabrás cuáles

Y así fueron pasando los días, muchos han sido mejores que antes, otros tal vez para olvidar, algunos de sol y otros tristes quizás, así hasta que fueron años, y hoy tu risa ya es diferente, es completa carcajada y sin tener pendientes, o sea, ríes feliz. Tu pelo ya tiene otro brillo, tus ojos han vuelto a mirar la vida con todos sus colores, respiras tranquila olvidando los temores que antes fueron ansias y mil tormentos, hoy tu sonrisa feliz le dice al mundo que nada ni nadie volverá a apagar tu alegría. El lenguaje corporal todo lo cuenta, no sabe disimular cuando el cuerpo no encuentra un sitio para bailar y en todas partes se siente vibrar, las manos se tornan inquietas y empiezan a sudar, hoy todo se percibe en el alma, eres feliz, vuelves a sentarte. Tu sonrisa feliz llena a tu alrededor todos los espacios con tu alegría natural y nace la paz, a todos entregas tu bondad sin resabios ni engaños, hoy eres paciente y finalmente entiendes que el amor lo llevas en el corazón para ama

Cuidando el huerto  Cada amanecer es un nuevo reto, bañarme, estirar las patas, llegar a tiempo a la caja de arena, aún oscuro treparme al mueble para comer, limpiarme los bigotes y ahora también tengo que ayudar a mi Papá a cuidar el huerto, dizque que para que no lo invadan animales extraños, creo que son muchas cosas para un gato joven, hablaré con los felinos vecinos a ver qué hacen. • ¡Abuelo, corre ven acá! Aquí hay un animal raro mirándome ¿qué hago? √ Piccolo, hazme el favor, eso es una babosa, ignórala y sigue tu camino que ya tu Papá puso una trampa de cerveza en el huerto. • ¡Wakala! ¡Que bicho tan feo! √ Piccolo, contrólate, que los feos también tienen derecho a la vida. • Bien, yo estoy aquí cuidando el huerto no quiero plagas molestando. Dicen que cada quien encuentra la horma de su zapato cuando va a emprender el camino de la verdad, así que yo espero que esto de cuidar el huerto sea algo temporal para que me cojan confianza, porque aquí me estoy mojando las patas y no m

Un día te dije que nunca me iba a quedar callado, quizá lo recuerdas, aunque en verdad ya eso poco importa hoy, hoy que he olvidado si acaso algo quería desde antes decirte, hoy que no tengo siquiera deseos de hablarte de todo aquello que fue bonito y que había querido hacer mío, siempre sin poder. Hoy, lo que me deja triste es que no estoy triste porque no estás Conmigo, es mi realidad y la he aceptado, incluso con beneplácito y humor. Es cierto que el aire del aposento alto se tornaba más ligero cuando alegre hablaba Contigo al comenzar el sol su recorrido ascendente para calentar el firmamento, es cierto que me animaba la idea de tomar un cocktail de aperitivo al final de la tarde, es cierto que al mirarte te provocaba y una señal tuya esperaba para la salida, es cierto que la hora de la despedida era emocionante y se alargaba entre caricias, es cierto todo aquello. Mas también es cierto que fuiste dejando de llamarme, se fue notando la falta de aquel deseo tuyo de hablarme, como qu

Esperando al amanecer La magia del horizonte es algo increíble, heme aquí, en los confines de la terraza alta esperando al amanecer, me deleita mirar ahora la calma magnífica de la oscuridad, y pensar que luego viene prolífera la claridad del cielo y lo calienta todo, y despierta a los pajaritos que se ponen a cantar a coro, y también el Abuelo se desayuna otra vez y me da jamón. Me encanta el amanecer. √ ¡Piccolo! Ven entra... ¿Ya tú comiste? • Claro Abuelo, ya. • Abuelo, la jirafa es peligrosa, me está abrazando. √ No te hagas el tonto Piccolo, la jirafa no te puede abrazar, es un peluche, serás Tú que la estás abrazando. • Pero de po'l Dio' Abuelo, estoy jugando con la jirafa. √ Ummm... Yo sé cómo es el jueguito ese, ya estás creciendo. • Suéltame un rato, me voy para el patio. La vida entre humanos no siempre es fácil para un felino adolescente, y es que todo lo quieren controlar atento a que mantienen a uno, pero mi paz y mi libertad no se negocian, tengo que tener pacienc

Me equivocaba cuando iluso te escribía pensando que alegre me leías, tonto fui creyéndome poeta, y apenas era un payaso con la sonrisa triste marcada en el rostro, la que nadie notaba al verme en la calle, sólo fui aquél romántico ingenuo a quien nadie contestaba esas cartas virtuales rimadas que te contaban a gritos mil historias de amores inusuales. Fuimos, acaso, efímeros amantes vestidos de incógnitos paseando por las viejas calles. Entonces, ya no quise verte triste, porque más triste terminaba Yo, dejé de mirarte y cubrí tu rostro en mi mente, dejé incluso de escucharte cada mañana, dejé de buscarte detrás de los espejos, de repente todos mis ratos Contigo se quedaron solos, cual si fuéramos un reloj roto, sin manijas que perpetuamente se persiguieran distraídas, ya al final dejé de pensarte, ó al menos, eso quise creerme Yo. Y de nuevo fui el tonto y el ingenuo. Entonces, entendí que ya no querías llamarme cada mañana al despertarte, ni querías verme al final de la tarde para ir

Temprano en cacería ¡Wao, cuánto dormir! ¿Qué hora será? Todavía está oscuro... ¡Hey, qué bien! Ya el Abuelo me puso comida fresca, agua limpia y leche fría, que no hay nada como desayunarse temprano para quitarle las pijamas al estómago. En el fondo y a pesar de todo yo lo quiero bien al viejo, al final es cuestión de soportarlo un rato. √ ¡Piccolo! ¿Dónde andas? • Dime Abuelo, temprano en cacería, ando persiguiendo un lagarto, casi lo tengo acorralado para cogerlo. √ Yo lo que te veo es brincando entre las matas, ensuciándote, no veo ningún lagarto. • ¡Shhh! No hagas ruido Abuelo, que se espanta. √ Je, je, je... La verdad que Tú eres un cómico Piccolo. Ven a comer jamón, que me voy a desayunar. • ¡Sopla! Ahora voy Abuelo, déjame llegar allí de un pronto. ¡Ufff, qué alivio! Bueno, menos mal que ahora el Abuelo me va a dar jamón, ya estaba cansándome de brincar en el patio sin encontrar lagartos. A veces uno no aprecia la vida que tiene y quiere vivir más allá de lo que puede, mira cóm

Así evolucionamos inesperadamente, de soñarnos de madrugada y pensarnos al despertar, de hablar temprano y luego también, de vernos en cualquier lugar por cualquier motivo, de mirarnos con picardía sin tener que decirnos lo que cada cual quería hacer con la distancia que separaba nuestros cuerpos, de andar respirando aprisa entre la gente para llegar a encontrarnos, del amarnos con locura a lamentar la ausencia, así fue, de todo a nada. Me enfermé de amor, no me daba cuenta hasta que un día empezó a doler el pecho por la falta de paz, la misma que antes me arrullaba cada atardecer a su lado, eso es lo que nos pasa cuando pensamos y nos imaginamos todo sucediendo más rápido de lo que pasa la vida, aunque lo sabíamos no dejamos fluir los sentimientos para que crecieran con raíces fuertes, por demás, no tiene sentido comer los frutos que nos están maduros, nos caerán mal. Entonces un día, al finalizar una tarde gris, hablamos por última vez sin entender lo que decía cada quien, quizá sin

Quizás hoy no comprendes todo lo que pasa Contigo, a tu alrededor, te sorprenden eventos que son nuevos en tu vivir, que antes no conocías y un poco te hacen feliz, aunque no sabías que existían te pintan una sonrisa de esas que guardas para ciertos días. Incrédula pregunta tu mirada qué es lo que pasa y tu boca no responde una palabra, te sonríes y te ríes, pero son los nervios que traicionan tu garganta haciéndole un nudo en el habla, pero tu instinto no se equivoca cuando el corazón te toca, late fuerte. De eso se trata la vida, de aprender más cada día y ser mejores personas, de ser más creyentes en la posibilidad del destino, en la magia del amor que anda silente entre nosotros y nos sorprende de improviso, de ser humildes entes inspirados en la bondad. 20-Abr/2020 (Serie Ente Lejano)

No tienes prisa, pero tampoco tiempo qué perder, en tu cara aflora la picardía sana y contagiosa por abrazar un pecho cálido cada noche antes de dormir, y una vez convertidos en placeres los anhelos poder aún cansada riendo soñar más con un nuevo amanecer. Tus ojos delatan intensiones de entrega no resueltas, que antes fueron ciertamente incomprendidas pero que ahora tienen nuevas perspectivas, las ansias te vuelven a decir que estás viva todavía, tanto como el primer día que conociste la vida, ahora sabia. Diferente semblante hoy acompaña tu pelo y tus lentes, nada es como antes en tu cara, la sonrisa es completa, la mirada te acerca y los labios de rojo pintados no saben ya cómo ponerse para callar el deseo de buscar mil besos que calmen la sed de tu boca. 20-Abr/2020 (Serie Ente Lejano)

Me gusta dormir √ Piccolo, pero tú te pasas el día durmiendo. • Ajá, me gusta dormir. ¿Cuál es el problema? Me paso la noche vigilando y durante el día descanso. √ ¿Ajá, acostado detrás del sillón, vigilando? • Bueno, hay que revisar por todos lados, además cuando los felinos nos acostamos en el suelo estamos marcando territorio y así los roedores no vienen. √ ¡Ah! Ya entiendo, el olor a gato espanta los ratones ¿verdad? • Correcto Abuelo, ahora déjame dormir un rato más. ¡Diache! Me salí de abajo de una patana. Voy a tener que buscar donde dormir que el Abuelo no me encuentre roncando. Mañana tendré que ponerme a correr en el patio hasta agarrar un par de lagartos, para que vea que estoy aprendiendo a cazar. Ojalá no me muerdan esos animalitos tan feos, que no estoy en ir donde el Matasano. La gente de antes no entiende los tiempos modernos, no se puede afanar tanto, el Abuelo se levanta de madrugada todos los días del mundo y yo por lógica tengo que estar pendiente para que no me enc

Teníamos muchas ilusiones bonitas que mucho coincidían, queríamos hacerlas realidades desde siempre, algunas habían estado guardadas por años y otras recién habían parido, pero todas tenían algo en común, “deseo de amar”, un deseo por tener entre los dedos un amor apasionado, de sentir una piel coqueta que se enervara al contacto del ser amado, un deseo de llegar al cielo a la hora de amar, de gozar cada momento cual si fuera el último. Hablamos sin prisa, sin temores nos vimos, nos reencontramos con prudencia y luego nos conocimos sin tener expectativas para lograr algo distinto a cultivar una amistad, eso me decía Yo, después la cosa nuestra fue evolucionando y las palabras fueron cambiando de tono y contenido, fue casualmente placentero al principio, las risas dominaban el ambiente siempre, lo cual disipó todo pudor para conversar, algo que no previmos en principio. Entonces la suavidad de la piel ajena, por separado y en nuestra presencia, nos hizo estremecer inadvertidamente, las