A corta distancia
Sus
manos se movían elegantemente cada vez que tomando el vaso bebía un sorbo de
cerveza, sus labios húmedos me provocaban para robarle un beso fugazmente, pero
fui tímido esta vez. No era voluntaria su sonrisa sino más bien espontánea
sobre todo cuando alguna ocurrencia le decía para verla sonreír. Natural,
correcto y femenino siempre fue su comportamiento, más bien la sentí calmada,
alegre y relajada después de un primer rato. Un privilegio grato para Mí verla
finalmente de frente, a corta distancia, era la Bella Señora.
Su
pelo lacio y peinado lucía tonos dorados combinados que denotaban un cuido muy
adecuado. Sus verdes ojos Ella no quería mostrarme tanto, y claro, ya más
quería Yo mirarlos, saber qué cosas podrían contarme si acaso sus palabras eran
pocas ó vagas.
Sus
finos labios entre diálogos, sonrisas y risas mostraban una capacidad de
ternura que ansiaba conocer besándolos despacio.
Pero
a pesar de los deseos de conversar con Ella que había cultivado, me sorprendía
cada vez más su forma de ser, me cautivaba Ella.
Ameno
pero corto fue el rato, el único quizás que me regalaría la Suerte para
conocerla un poco, pero igual agradezco cada respiro que dejó sobre la mesa
mientras anhelo otro día verla de nuevo a corta distancia, y saber más de su
vida, de sus cosas, de sus creencias.
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