Mirando las manijas del reloj

Sin entender por qué ni saber cómo me encontré a Mí mismo mirando con marcada atención las manijas del reloj grande de la pared mientras esperaba.

Hoy en día Uno no se pone a mirar los relojes, sobre todo que la mayoría son digitales, pero en mi caso cuando veo un reloj análogo (como se llama ahora), me cautiva el movimiento de las manijas que van dando vueltas por toda la circunferencia incansablemente. Nada tiene que ver la forma del reloj en verdad, pero cuando es redondo parece ser más preciso, o quizás sean meras ideas mías.

Pues cuando me sorprendí a Mí mismo en una actividad tan ociosa como esta, comprendí el poco valor que le damos al paso del tiempo, sólo nos preocupamos ya por ir deprisa y no valoramos la delicadeza del andar de los segundos, los minutos y las horas que nos pasan por encima cada día, dejando algunas veces un rastro de penas y otras veces regalándonos sendas alegrías. Es justo comprender que la velocidad del tiempo es siempre la misma, es algo puramente convencional, pero sólo pretendemos llegar de primeros.

Tantas veces corrimos sin mirar dónde pisábamos, tantas veces caímos sin querer por tener prisa, tantas veces nos olvidamos de los daños que dejamos en el camino que hoy mirar atrás ya no tiene sentido.

En la vida hay tiempo para todo y bien todo tiene su tiempo, sólo recordemos que al tiempo no lo domina nada ni nadie.
Por ello cuando unos brazos llenos de bondad te abracen sin preguntar "qué hora es" y te saquen los miedos del alma con solo decir un "te quiero", sabrás que será el tiempo de amar de forma verdadera.

5-Ago/2019 (Serie El Gato y Yo)

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