Un día a la vez, sin ayeres.
Anoche llegaste y te acostaste enseguida, no probaste
bocado, la cena quedó en la nevera.
Buen
día Gato, ¿crees que es hora de hablar?
Anoche
llegué cansado, ayer comí tarde y no tenía hambre, pero no creo que tenga que
andar diciéndote todo lo que pasa, ¿eh?
El mal humor se despertó temprano hoy...
El
cansancio se acostó tarde anoche y para colmo tú no me dejas dormir tampoco,
¿qué quieres que te diga? Además me duele la espalda, me he pasado estos
últimos días sentado y no he podido ni siquiera caminar.
Está bien, ¿y tienes alguna novedad de Ella?
Parece
que no vas a dejar de preguntarme...
Ella
nada ha dicho y así lo ha dicho todo. El silencio es una forma de hablar, de
decir "déjame tranquila", de decir "necesito mi espacio" y
decir también "necesito tener paz".
Bueno, no comprendo cómo habla el silencio.
No
sólo habla el silencio, también habla la distancia, que grita diciendo "no
quiero verte", que entre dientes murmura "ahora no puedo
quererte", que incluso callada se lamenta ante sí diciendo "que me
perdone la suerte".
Cada vez menos entiendo lo que dices.
A
veces es difícil entender las cosas de la vida y sobre aceptar con prudencia
las que no nos gustan, pero siempre tenemos que seguir adelante, buscando
alegrías y verdades, que no se detienen las horas para esperarnos.
¿Entonces te vas a quedar así? ¿Callado esperando que
el viento te traiga noticias?
Me
quedo mirando el horizonte y no espero simplemente, Ella sabrá escuchar su
corazón y dirá cual camino andará, si acaso Conmigo.
La
busco y la espero, paciente y sin miedo.
Oye, no te voy a preguntar más, Tú sabrás.
Gato,
las ansias de vivir antes de lo posible son las que nos consumen los
sentimientos buenos, por eso te digo, vivamos un día a la vez, sin ayeres, que
el destino ha sabido traer y llevar todos los momentos que has vivido.
Esa es nueva, siempre hablabas de planes.
Sí,
los planes son formas de prepararnos para recibir el futuro, pero viviendo un
día a la vez, sin ayeres, podemos pensar sin melancolía y mejor entender las
señales de los elementos que nos rodean, y vivir en paz sin condenas.
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