Siempre supiste que el amor existía

Tantas veces al amor le escribí y muchas sonrisas pude conseguir, pero sin saber realmente si era el amor quien respondía cuando mi corazón iluso lo creía.

Entonces la juventud no entendía la vida y el tiempo era sólo un instrumento para contar las horas, medir las aventuras y apurar las despedidas, viviendo derroches entre licor, música y canto en esas calles sin esquinas; fueron tantas noches mirando el mar sin comprender su inmensidad que hoy ya no se pueden contar.

Y a pesar de todo y de todos fue buena la vida, con paciencia y fortuna el tiempo mismo trajo consigo los frutos de la siembra de otoño, y fueron bellos momentos de gratas memorias. Sin contarlos aprisa pasaron los años con altas y bajas, entre risas y llantos recorriendo caminos y veredas con destinos diversos, luego sin estarla esperando llegó serena la madurez, a cada cual por separado y en su justa medida miró, dejando atrás alegrías mustias y penas marchitas, vino la edad comprendiéndolo todo, lamentando las dudas, recordando el silencio de aquellas palabras vacías que tanto ignoramos. El pelo cambió primero de color y después de lugar sin poderlo evitar, al final cansados nos toca comprender que somos humanos y sentimos cada vez más la frialdad del invierno. Finalmente, la paz se ha convertido en la nueva meta a alcanzar.

Sin embargo, ahora sin pensarlo siquiera una mirada te enseña que no estabas equivocado, que siempre supiste que el amor existía aun cuando no supiste encontrarlo ni quisiste esperarlo.

1-Ago/2019 (Serie El Gato y Yo)

Comments

Popular posts from this blog

Me deleito con tu personalidad

Maroteando

El Gato entendió