Ocho días
En
los últimos ocho días no había visto Yo brillar los rayos del sol sin saber
cómo durmió la mujer que amo, si es que acaso a su lado me soñó y sin remedio
terminó con una sonrisa pícara secando la humedad de su piel antes de tomar su habitual
baño matinal, claro, sin olvidar las medidas cautelares.
Yo
que anoche soñé Contigo, como soy siempre, fui Caballero y no desvestí tu pecho
para desvelar tus encantos a los ojos del viento, pero es porque te quiero y te
regalo a mi lado el respeto que merece una Dama, pero confieso que los deseos
me acosan para tenerte en mis brazos de madrugada.
Has
de saber que Yo te quiero y te adoro tal y como eres, sin motivos adicionales, sin
necesidad de tener explicaciones, sin buscar excusas que traigan miradas de
dudas; por favor sólo piensa que Yo te busco y te espero, paciente y sin miedo
para que tu rostro se llene con sonrisas de anhelos.
Y
como verás por ahí, en las Redes Sociales, lo que dicen es cierto, "Yo me
enamoré de Ti sin leer las instrucciones", y ahora estoy feliz,
aprendiendo todo de Ti día a día, con calma, sin quejas, sin promesas, sin sorpresas
y sin secretos, disfrutando alegre de la voz de tus palabras y anhelando el
abrazo de tu piel.
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