Dime, ¿qué te pasa?
Dime, ¿qué te pasa?
Estaba
cansado, dormir a veces hace falta para que la mente funcione bien, y Tú
francamente no ayudas, duermes de día mientras Yo trabajo y quieres conversar
de madrugada. Además, no puedo distraerme ahora, hoy pienso diferente y necesito
tiempo para meditar y continuar.
No estás muy conversador hoy.
Como
te dije ayer, primero lo primero, tengo que entender lo que siento, y lo
entiendo. Cuando pueda explicarlo sin miedo, sin necesidad de palabras
rebuscadas, sin tener que pedir perdón, sin que el habla me falle entonces
sonriendo conversaré con Ella.
¿Qué? ¿Ella no sabe?
¡Claro
que lo sabe tonto! Ella todo lo ve, es muy inteligente, sabe más de lo dice y
entiende más de lo que oye. Pero si quiero que esto funcione todo tiene que
empezar con palabras honestas, sin metáforas que dejen oportunidad a la
interpretación.
No me habías dicho de la cita.
La
verdad no tenía deseos de ir a verla, de hecho, claramente no tenía intenciones
de ir y así lo había decidido, por eso no te dije, pero muy dentro de Mi
quedaba aún viva una esperanza y cuando Ella me preguntó en la mañana por
instinto dije que sí. Un misterio del corazón.
Pero cuando volviste estabas contento.
Sí,
la verdad que me sorprendió, su trato fue espontáneo y natural, no creí que
podría en dos minutos cambiar de opinión. Nunca dudé de su bondad y en realidad
no me equivoqué. No siempre comprendemos los misterios del corazón, y a veces
dudamos de Nosotros mismos.
2-Ago/2019 (Serie Mi Amigo el Gato)
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