Dos lágrimas
Dos
lágrimas asomaron en mis ojos al ver la muestra de que aún callada me leías. No
pude llorarlas ni tampoco pude secarlas, quietas se quedaron ahí nomás, paradas
en la humedad de mis párpados mirándome el alma sin nada decirme, tan cerca y
tan lejos a la misma vez y Yo no supe entonces qué hacer, fue sutil magia sin
trucos ni sombrero.
El
Tiempo sincero me miró y tocándome luego en el hombro con la cabeza asintió,
como queriendo decirme todas las palabras que se quedaron calladas, esas que
tenía guardadas aquel adiós sin despedida de una tarde de verano perdida en la
distancia, ese que cerró el camino que llevaba mis pasos a tu encuentro
pretendido para tomar un café.
Dos
lágrimas volvieron a traer los recuerdos que dejaste tirados a la vera del
camino, para que cualquier paso los pisara, acaso para que algún día se
olvidaran, quizás pensando que no sabría Yo guardarlos con cariño por ser lo
que fueron, mas de nuevo equivoca el destino las horas de sueño en la madrugada
porque tu olvido nunca fue mío como el mío fue tuyo.
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