Nunca le busqué
Yo
no busqué conocerle, pienso que todo fue mera suerte. Una mira a alguien por
casualidad un día y si acaso despierta la atención, ó nace alguna emoción, Una
mira otra vez, pero en este caso fue diferente, ni siquiera me fijé en Él la
primera vez. Aunque sí tal vez.
Tengo
muy buena memoria y no se me olvidan fácilmente las caras, a menos que esté
errada. Recuerdo verle sentado el primer día al final del salón, pero entonces
cuando Yo llegué Él no me miró y después todo fue normal; sí le ponía atención
cuando hablaba pues algo interesante siempre comentaba.
Pero
ahora, haciendo las cuentas del pasado en limpio, sí me acuerdo que nos vimos
de frente el segundo día casi terminando el receso de la tarde, sí, se nos
cruzaron dos miradas que no comprendí; también lo recuerdo por su barba; era
viernes y Yo vestía ropa casual, luego iría a celebrar la vida con mis amigas
de modo que quizás ya andaba distraída.
¡Así
es de interesante esta vida!
Aunque
aún no lo sabía, todo para Mí realmente empezaría casi dos años después,
todavía en primavera, cuando una mañana cualquiera Yo compraba un café y la
suerte inocente le cruzaría en mi camino, cual juego del destino.
Ese
día con unos casuales escritos formados por simples frases de lindas palabras
con rima asonante y métrica libre, todo comenzaba.
Tanto
tiempo esperándole sin siquiera saberlo, amándole en silencio sin acaso
conocerlo...
Desde
ese día todo en mi vivir diferente sería, mi pensar y mi vestir, mi respirar y
mi dormir, mi soñar siendo feliz, mi despertar y mi sonreír, incluso mi forma
de mirar al horizonte y también mi manera de escuchar a la gente. Hasta bañarme
empezó a ser diferente.
Sólo
el café de mi cocina puede entender todo lo que hoy diga y saber que no es
mentira.
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