Una Bella Señora

Un día cualquiera la sorpresa nos busca, no avisa ni pregunta, en cualquier lugar se presenta, distraídos nos encuentra y apenas nos deja tomar un café.
Una dama tan linda, una persona tan interesante, una mujer tan hermosa…

Bella Señora, noble de cuerpo, pura de alma y grata de sentimiento, dueña de las luces de la mañana, dueña de los aromas del viento, dueña de las sombras de la noche, dueña también del suspiro de las madrugadas que sueñan plagadas de dulces palabras.
¿Acaso será dueña de todo y de Mí?

¿Cómo podré decirle lo que siento cuando la pienso?
La primavera empezó con lluvias discretas a mojar las flores nacidas en los campos de la vida, y nos deja perplejos esta Bella Señora, que con elegancia camina entre todos sin mostrar nostalgia, distinguiendo el ambiente cuando va pasando.

¿Qué podré decirle si la veo de nuevo?
Uno cree que domina estos temas, pero justo llega el encuentro y se nos esconden las palabras, las mismas que habíamos pensado decir en cada momento, y se nos caen los brazos, los mismos que creíamos tener dispuestos para abrazar todo su cuerpo.

Entonces Uno se pregunta: ¿cuándo podré estrechar sus manos sin miedo para mirarla sin excusas y decirle que la admiro, que siento por Ella el mejor aprecio y el mayor respeto, que hasta a veces la sueño sin poder evitarlo?
¿Quizás es que será alguien en mi vida?

Mi cuerpo la espera, mis ojos la buscan, mis labios dicen su nombre sin pronunciar palabra, y todo pasa sin saber por qué, como son de raros los misterios de los vivos, como esas preguntas que no quieren respuestas porque prefieren caricias, como los labios que precisan compañía para robarse el aliento.

Bella Señora, al verla de nuevo confirmo mis dudas, las fotos no hacen justicia a su cuerpo y su pelo, y de sus ojos no puedo sino morirme por verlos de nuevo.

Como un pobre tonto me quedo, pero ello será tema de otro momento.

5-Abr/2019 (Serie Bella Señora)

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