Una Carta para Ti
Desde hace algunos días quiero comentarte
cosas, pero no hemos conversado, lo cual siempre lamento, sabes que escuchar tu
voz es para Mí un deleite.
Me he podido dar cuenta en las últimas
semanas de que el tiempo ha moldeado las aristas de mi pensamiento y también ha
hecho madurar mis sentimientos cual fruto en el árbol. Creo que en efecto maduramos
con los daños, pero sólo cuando pasan los años.
Un poco digo esto porque he estado en estos
días de tranquilidad revisando mis escritos, los antiguos, los pasados y los
actuales.
Noto gran diferencia en los resultados,
sobre todo en los motivos. La forma de ver la vida definitivamente me ha
cambiado, ya no soy la misma persona egoísta y sencilla de antes, y aunque lo
venía sintiendo ya hoy no me queda duda.
Sé muy bien que no soy escritor ni poeta (ni
lo creo siquiera), acaso algún día seré un aprendiz, si me perdona la rima.
Pero disfruto escribir y me gusta lo que estoy escribiendo. Igual he visto que
a veces aprecias algunas de las cosas que escribo, lo que agradezco
sinceramente.
Creo que después de más de treinta años en
una relación sentimental nadie es la misma persona. Noviazgo, matrimonio,
familia y separación son etapas tanto aleccionadoras como agotadoras, con muchas
alegrías y también con amagas penas, como lo es todo en el vivir cotidiano.
En esta etapa de mi vida Yo finalmente he
comprendido lo importante que es tener paz.
Por otro lado, Contigo ha ocurrido todo de
forma diferente. Ya algo comentamos la semana pasada.
Tengo que admitir con humildad y valentía que,
por primera vez a mis 55 años, he visto y conocido a una Dama que me ha
interesado como mujer, y no estoy pensando en quitarle la ropa ni estoy soñando
con tenerla de espaldas en la cama gozando con Ella.
Tu nombre no ha sido sonrisa de madrugada.
Y tengo que aclarar que hacer el amor me gusta más que comer.
Esto no me hace sentir menos hombre, por el
contrario, me veo en el espejo y siento satisfacción y un orgullo nuevo.
No pienso que me faltarían deseos carnales
si el momento llega Contigo, no dudo de Mí y creeré en Ti.
Simplemente tu comportamiento, tu forma de
ser y tu bondad, por ejemplo, han llamado más mi atención que tu cuerpo, que las
ansias de amar, y ello sin ningún detrimento, que a tu físico no le veo
problema alguno, y además sabes que mucho me gustan tus ojos, sólo por hacer
una mención.
Ya me has dicho lo que quieres Tú en estos
momentos, te entiendo, te respeto y así te acepto.
Yo no quiero hoy ser tu enamorado, no
quiero ser otra vez lo que no puedo ser. Quiero ser y vivir cada instante sin
culpas y sin dudas.
No quería dejar de decir esto que hoy te he
dicho, no quiero seguir diciendo sólo lo que los demás quieres escuchar. Algo
importante para poder tener paz es que nuestra voz interior no calle el
pensamiento, empero que sepa a quien decirle las ideas.
Recuerda que Tú tienes reloj y Yo tengo
tiempo.
Espero que no te ofendan mis palabras.
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