Le esperaba sentado
Le vio llegar, venía sin prisa caminando despacio entre la gente, mirando a los lados como buscando algo (ó a alguien), iba midiendo los pasos como quien no quiere llegar al destino. Al final nunca se supo si era temor, vergüenza ó algún pesar.
Sabía dónde estaba Él, pues le divisó al entrar.
El tiempo era justo el que se había pautado.
Él, como había llegado antes, ya le esperaba sentado.
Ella traía puestas las gafas que no suele usar, el pelo dispuesto de forma natural, vestida de blusa elegante y pantalón formal (como para ir a trabajar), un lindo reloj de pulsera en su muñeca izquierda llamaba la atención, ya al aproximarse por la cartera y el cazado se confirmaba el próximo destino sin dudas.
● “¡Buenos días!”, fue el saludo inicial de Ella acercándose y poniendo su cartera sobre la pequeña mesa del lugar, donde Él le esperaba.
o “Hey!”, atinó a decir Él levantándose y mirándola a su llegada.
● “¡Hola! ¿Qué tal?”, preguntaba Ella a seguidas, mirándole con atención, como buscando saber cómo le iba a saludar.
o “Buen día Bella Señora, ¿y Usted cómo está?”, agregaba Él a la conversación mientras se ponía a su lado y con la mano izquierda le indicaba un asiento.
o “Siéntese por favor, llega justo a tiempo.”, terminaba diciéndole Él.
● “Gracias.”, dijo Ella mientras se disponía con calma a sentarse.
● “Había un poco de tránsito, por un momento pensé que llegaría tarde, pero aquí estoy.”, terminó diciendo Ella cuando se sentó.
Entonces Él miró a su alrededor, buscando ubicar un camarero para ordenar café, y al tener uno a la vista le hizo una seña para tener su atención, luego también me sentó.
Mientras tanto la Bella Señora aprovechaba para acomodarse en la pequeña silla y cruzada de manos sobe la mesa se disponía a entablar conversación.
● “¿Entonces? Finalmente nos conocemos en persona.”, decía Ella con una risa sutil que desvelaba una linda sonrisa de labios pintados del más tierno carmesí.
o “¡Sí! Por fin tengo el privilegio de verla, de mirarla, mejor dicho.”, agregaba Él con tono de satisfacción.
o “Gracias por estar aquí, no estaba seguro si vendría.”, terminaba diciéndole Él.
● “Por favor, claro que iba a venir.”, replicó Ella enseguida.
● “¿Y por qué lo dudabas?”, preguntó Ella con cara de asombro temporal.
o “Je je je, no lo sé, fue sólo un pensamiento.”, le respondió Él sonriendo jocosamente.
En ese momento se acercaba el camarero a la mesa para tomar la orden.
o “¿Que quisiera tomar Bella Señora?”, preguntó Él abiertamente.
● “Un café negro grande con leche descremada al lado, por favor.”, se le escuchó decir con voz firme a Ella mirando al camarero que tomaba nota.
o “Muy bien, a Mí por favor me trae un Cappuccino Italiano.”, terminó diciéndole Él al camarero que anotaba, y acto seguido se retiró a colocar la orden.
Entonces el Extraño Señor se quedó un instante mirando a la Bella Señora a los ojos, deleitándose con la belleza insólita de su verde mirar, buscando tantas respuestas escondidas en su mirada cautivadora; tanta fue su emoción que quiso decir algo y simplemente no pudo articular ni una palabra.
● “¿Por qué me miras así, tan intensamente?”, preguntó Ella un poco intrigada.
o “Perdón, no estoy seguro, la verdad no sé qué me pasó, discúlpeme.”, respondió Él con la lengua enredada todavía dentro de la boca.
o “Es que tiene Usted unos ojos preciosos Bella Señora.”, continuó diciéndole Él.
● “Gracias, ya antes me habían dicho algo, pero...”, dijo Ella sonriendo mientras hacía una pausa y miraba hacia abajo desligando algo con sus manos.
● “Puedes llamarme por mi nombre, Bella Señora se oye muy formal.”, continuó diciendo Ella a la vez que le miraba de nuevo.
o “Mucho le agradezco que me permita dirigirme a Usted en primera persona Bella Señora, pero debo ser un Caballero y respetar su belleza suprema y su estatura humana.”, continuó comentándole Él.
● “Por favor, no merezco tantos halagos, soy una persona normal, común y corriente.”, dijo Ella sonriendo nuevamente, pero otra vez miraba hacia abajo, confirmando cierta timidez ó quizás escondiendo algún temor.
o “Bella Señora, es Usted más de lo que cree y mucho más de lo que sabe.”, le dijo Él entonces mirándole sin desdén.
● “Gracias, pero... ¿Por qué me tratas así, por qué me dices esas cosas? No me conoces.”, decía Ella ya un poco inquieta.
o “Yo soy apenas un Extraño Señor que anda caminando entre la gente, que mira las cosas buenas que tiene la vida, que siente la bondad en las personas y que quiere ser feliz como cualquiera.”, le contestó Él gesticulando con las manos como si hiciera un modelo de evolución.
o “Usted Bella Señora es una persona buena, una mujer bonita, una madre ejemplar, alguien que se merece todo y que ha sufrido ya bastante.”, concluyó diciéndole Él justo antes de que llegara el café.
Mientras el camarero ponía las tasas en los lugares correspondientes frente a cada cual, la Bella Señora se mantenía callada y pensativa, como buscando en su mente algún argumento para comprender las cosas que le decía el Extraño Señor, quien de su lado no dejaba de contemplarla mirándola más allá de sus pupilas.
Cuanto el camarero se retiró, ambos comensales se miraron y brevemente hablaron.
o “Espero que disfrute su café Bella Señora, quiero decirle que es para Mí un verdadero placer estar aquí acompañándola hoy.”, le comentó Él a la vez que tomaba la tasa puesta al frente para degustar el Cappuccino Italiano.
● “Gracias, espero que disfrutes el tuyo.”, alcanzó a decir Ella, mientras mezclaba su café con la leche descremada, en medio del dilema que ocupaba ambos hemisferios de su mente.
22-Abr/2019 (Serie Bella Señora)
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