Otro domingo, Bella Señora.
Yo
también viví días cuando mi orgullo era más fuerte que mi suerte.
En cambio,
Usted Bella Señora, la sencillez la combina perfectamente con su madurez.
No sé
qué voy a tener que hacer, tal vez me vendría bien un baño con hojas de Hierba Luisa, quizás entrar de espaldas
a Boca Chica con una cola de bacalao
al hombro.
Cuando
el sol llama a mi ser por las mañanas para acudir a las labores, ya la
madrugada me ha dicho de Usted, así ya es mi primer pensar, quizás por lo mucho
que me hace sentir en paz.
Pero
hoy las palabras son diferentes, es día domingo. Otro domingo, Bella Señora.
En general
sería un día dispuesto para una afable jornada de descanso, también para que dos
personas pudieran conversar sin resabios; acaso para sólo mirarse.
Puedo
callado escucharla decirme las ideas de su pensamiento, puedo responderle sin
reservas cualquier pregunta, puedo también aclararle propiamente alguna inquietud.
Incluso
pudiera, si me lo permitiera, contarle historias sin fin, de cosas, de gente,
de animales, de atardeceres perdidos tras una montaña bañándose en el
horizonte. También pudiéramos tener pláticas sobre temas románticos y virtudes
del alma, algo que nos tomaría sin duda varios días.
¿Sabe
qué? Ya le decía Yo tener miedo, luego de ser sorprendido por el Destino, que me
regaló sin previo aviso todo lo que esperaba con ansias. Y fui un tonto
pensando todo el tiempo que sería un paso-a-paso que me llegaría por e-Mail para revisarlo oportunamente.
Pero
ya, de eso se trata, de vencer los miedos, de equivocarse y caerse y levantase
y seguir adelante, eso es vivir.
El amor
es la energía que produce la fuerza que hace girar el planeta. Y así llega el
amor, sin avisar, sin pedir permisos, sin dar explicaciones, y cuando se
presenta nos permite aceptarlo ó no, podemos sentirlo ó no. El amor no es algo
que queremos sentir, sino algo que sentimos sin querer.
Otro
domingo, Bella Señora, quizás uno cualquiera se disponga tranquilo el Destino con
una copa de vino y me cuente de forma elocuente lo que piensa su mente.
El Tiempo,
por supuesto, sabrá cuándo hacerlo; la suerte, por su parte, se ocupará bajo cualquier
circunstancia del lugar donde podamos charlar; así el Amor se queda con el reto
más desafiante, que será decir lo que cada cual siente sin querer.
A
los miedos ya no les temo, ni a los míos propios ni a los que pueda Usted tener
acaso guardados, quizás escondidos, si acaso dormidos.
Otro
domingo, Bella Señora, uno más.
14-Abr/2019 (Serie Bella Señora)
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