Conversando con el Tiempo
He
visto cómo me has llevado de la mano, desde mi infancia cuando preguntaba el
por qué a todo, y entonces me enseñaste una y otra vez a esperar contigo para
tener las mejores respuestas.
Ahora
he sido testigo presente de la magia que regalaste al Destino, para que él se
fijara en Mí. Así primero el Destino ha contado cómo vio al Extraño Señor
afrontar el Encuentro cercano. Luego el Extraño Señor le ha contado a la Bella
Señora cómo se sintió al verla de nuevo en persona.
Ojalá
poder tener el privilegio de verte escribir muchos pasajes como éstos, y acaso
tener la dicha de ser parte activa de una historia de amor verdadera, como
sabes tú que son y existen entre Gente Buena.
Tiempo,
mi bien querido y fiel confidente, tú que sabes lo que llevo dentro del
pecho latiendo a raudales, tú que nunca me olvidas cuando me ves callado, tú
que siempre caminas sin pena ni prisa, deja que te cuente y dime que contigo cuento,
guíame en esta verbena de ilusiones y sentimientos, que has pasado Conmigo ya
bastante y siento que llega el momento de reírnos de todo y de todos de nuevo.
La
Bella Señora ha resultado ser una persona encantadora, bueno, eso me parece,
tendrás que ayudarme a confirmar mis impresiones.
Y
si hoy en serio me dices que pudiera conversar con Ella en persona, y si además
me preguntaras cómo quisiera verla...
Te
diría sin pensarlo que simplemente "tal y como es", cualquier
peinado, cualquier vestimenta, cualquier par de zapatos, lo que la haga sentir
cómoda, a gusto, sin timbres ni alarmas que interrumpan mi atención.
Si
anduviera maquillada ó no casi me da lo mismo, aunque la belleza es natural y
no creo que necesite ponerle colores a su piel, ni tonos carmesíes a sus labios,
ni brillo a sus ojos, igual la piel más tersa no lleva ingredientes, la sonrisa
más encantadora sólo precisa alegría y la mirada más cautivadora no necesita reflejos,
sólo con el sentimiento una Bella Señora se hace presente y se apodera del
momento.
Yo
te he tenido tanto y tanto Conmigo, que a veces me olvido si el día feriado hay
que madrugar, como siempre lo hago, quizás porque había dejado de pensar cuanta
belleza queda por descubrir.
Tiempo
adorado, como siempre cuento contigo para olvidar el pasado y te llevo a mi
lado callado para descubrir el perfume que guarda en su piel la Bella Señora.
Relatos,
historias, confesiones y anécdotas, todo sin misterio le quiero contar. Pero si
acaso la ropa termina en el suelo, prometo ser caballero y sólo complacer sus
deseos.
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