Las ansias mías
Mis ansias no duermen ni desaparecen, andan atentas de todo cuanto acontece, cual instinto raro.
Son siempre tiernas mis ansias, son sanas al mirar, de honesta palabra cuando hablan y de dulce sabor cuando besan, son a veces tímidas y otras veces atrevidas, mas son siempre divertidas dentro del marco del respeto y la noble cortesía, son ansias buenas.
Mis ansias se escapan sin permiso de mi mente y saltan raudas buscando encontrar la suavidad de la piel, la humedad en la mujer.
Por favor no culpes a mis ansias, hoy renovadas, por querer amarte sin límites cada día, a toda hora sin cansancio, pues culpa no tienen, son ellas sólo el reflejo azul del esplendor de tu bondad que me abraza, tu gran amor bueno y sincero despertó mi corazón, aquel insaciable romántico de fina escritura, otrora valiente caballero con capa y espada, ése que en su triste sueño dormía desfallecido a merced de la sombra de una solicitud autoimpuesta, donde solo apenas escuchaba los ecos del sonido de silencio.
Mis ansias descansan, si acaso se cansan, mas nunca se rinden y siempre volarán para encontrar el amor, uno bueno, el verdadero.
Has de saber que mis ansias son el fruto maduro de la vida misma que cada día me toca vivir, con las lluvias y sequías se crece, se evoluciona a golpes y empujones, todo cuenta, nada sobra, a veces con risas y otras con llanto, pero siempre es aprendizaje.
Las ansias mías a veces sin razón entristecen mi ser, así me pasa cuando no sé ser tan paciente.
16-Oct/2021 (Serie Momento triste)
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