Y ya no sentí frío
Su alma, con paz abrazó mi alma, sin pedirlo Yo siquiera, no traía vestimenta y me abrigó todo su cuerpo, apenas con la piel y con esa calidez que tiene su corazón, y ya no sentí frío.
Mi pelo, alborotado sobre mi cara, cubrió el pudor ante mis ansias de ser amada, así los anhelos de placer se mostraron todos, y fue cómplice mi sonrisa franca, y ya no sentí frío.
Sus brazos, sujetaron sin miedo mi pecho ya desnudo, desde mi espalda sentí el abrazo y sus manos fueron un refugio que con cariño y fiel tino cuidaron mis senos, y ya no sentí frío.
Mis brazos, se liaron a Él buscando el fuego verdadero que guarda en su ser, y con cada sutil movimiento de mis caderas, más fuerte Yo me ataba a su hombría, y ya no sentí frío.
Mi pelo, alborotado sobre mi cara, cubrió el pudor ante mis ansias de ser amada, así los anhelos de placer se mostraron todos, y fue cómplice mi sonrisa franca, y ya no sentí frío.
Sus brazos, sujetaron sin miedo mi pecho ya desnudo, desde mi espalda sentí el abrazo y sus manos fueron un refugio que con cariño y fiel tino cuidaron mis senos, y ya no sentí frío.
Mis brazos, se liaron a Él buscando el fuego verdadero que guarda en su ser, y con cada sutil movimiento de mis caderas, más fuerte Yo me ataba a su hombría, y ya no sentí frío.
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