Cuando habló la Soledad

Era temprano todavía pero el deseo de dormir se había terminado, aún estaba todo oscuro y el silencio fuera de la habitación indicaba que no acababa la madrugada, parecía que nadie se había levantado, ni el alba se asomaba ni las aves cantaban, los periódicos matutinos tampoco habían llegado haciendo su ruido de rutina, mientras sola me miraba la Soledad.

La cama vacía se quedaba, con las sábanas arrugadas de tantas vueltas sin dormir y las almohadas todas abrazadas, cual un cuerpo imaginado en medio de algún húmedo sueño.

- "Ya no me sientes como antes... Tal vez crees que no me doy cuenta pero sigo muy pendiente de tus pasos cada día, de tu nuevo caminar y de la gente que llega a tu vida, de cómo cambia tu pensar y también veo que ya te sonríes sin hablar."
- "No sabía que tenía que contarte todo lo que estoy sintiendo y me está pasando, igual todo lo sabes antes que Yo mismo, creo que entiendes lo que quiero, lo que anhelo, lo hemos hablado y llorado ya tantas veces que parece que alguien oyó."

- "Bueno, sí... Realmente me alegro por Ti, tenía que llegarte el día, la persona y sentimiento, todo tiene su momento correcto para cada quien y cada cual encuentra su lugar al lado del amor soñado, acaso Ella será tu felicidad."
- "Gracias Soledad, siempre fuiste buena Conmigo, tu mano me sostuvo cuando nadie me miraba, te quedaste cuando todos se marcharon, cuando el mundo dejó de girar a mi alrededor... Ahora voy a aprender a vivir de nuevo, pero sin miedo."

- "Nada tienes hoy que agradecer, yo me quedo siempre cerca de los míos por un tiempo, así cualquier día conversamos de nuevo, mucho disfruto con tus diálogos y la poesía, además ya sabes que puedes contarme lo que quieras sin prejuicios."

25-Ene/2020 (Serie Corazones Ermitaños)

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