Tanto esperar tantas veces
Tanto esperar y sentir pasar lento el tiempo, tantas veces quedarme solo y en silencio, sin buscar lo verdadero acaso por el miedo de no saber reconocer la verdad cuando la viera, ó tal vez tímido de palabras me vio el Destino cuando vino y me ignoró dejándome con dos puñados de arena parda en las manos para construir un castillo pequeño al borde del río, donde vive mi soledad, y quizás le sobrevivo con sol, lluvia y temblores buscando el amor.
Tantas veces mirando al cielo sin recibir un consuelo, con las manos vacías y la espalda con frío, esperando que el viento soplara de un modo diferente para seguirlo en su camino, acaso un duende podría decirme si ando por la senda correcta, la que lleva al encuentro del sentir espontáneo que nace de los corazones ermitaños, para poder amar de nuevo y esta vez tener un amor verdadero, no uno de hielo que me enfríe el alma cuando le quiera amar.
Tanto esperar tantas veces para que la vida me dijera cómo seguir adelante, acaso herido, pero al menos vivo, sin creer que desde hace tiempo ya sabía las respuestas a todas mis preguntas volvía a cuestionarme, y entonces finalmente frente al espejo comprendí lo que significa el perdón, y me perdoné a Mí mismo primero, luego perdoné al Destino y a la Fortuna también, después cuando perdoné al mundo entero y pude descansar y tener paz para amar.
Tanto esperar tantas veces para terminar en el mismo lugar, el aposento alto donde habito en solitud, donde nadie me daña, aunque tampoco nadie me ama. De cualquier forma, ahora estoy más tranquilo, pues comprendo todo aquello que no entendía, y tengo paz.
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