Plática nocturna
Algún día tenía que ser, que la fortuna cediera en su afán de victoria y nos dejara el espacio para encontrarnos de nuevo, de vernos en un momento diferente, donde todo es distinto, y el mundo y su gente que mira ya hoy todo lo olvida perdonando el pasado, el que se quedó a solas con los recuerdos, callado y ausente.
Y sentados entre abrazos y piernas cruzadas bajo la luz de la luna creciente platicamos, tanto y de todo como nunca antes tal vez, y nada fue raro y decidimos ya olvidarnos de la gente para mucho mirarnos y así vernos sin miedos, para darnos los besos de frente y de lado, arriba y abajo, para seguir platicando.
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Recuerdo que tomé entre mis manos tus mejillas mientras sonreías alegre y mirándote calmada te hablé en baja voz de mis deseos:
Quiero aprender cada día a besar tu boca y poder morder tus labios, así uno primero y el otro después, respirar entre miles de besos tu aliento con el mío, sentir que no transcurre el tiempo a tu lado, que estando Contigo todo entre los dos es fortuito y eso somos apenas, juguetes del destino en un universo perdido.
Si cierras los ojos cuando te beso de frente, si suspiras al roce de mi cuerpo en tu vientre, si se enervan tus senos al sentir mi pecho en un cálido abrazo, si se encorva toda tu espalda en cuanto la recorren mis manos con firmeza, si te encojes de hombros al Yo preguntarte si acaso me quieres, si me dejarás bien amarte.
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Recuerdo que después de entre la humedad de tus labios escuché de tu voz las palabras más tiernas que nadie había pronunciado:
Con el roce de tus manos en mi piel ya van aumentando mis ansias y poco a poco vas ganando terreno sobre mi cuerpo, como lava candente avanza sobre terreno inexplorado.
Mi pudor huye despavorido con la ternura de tus caricias y me abandona la soledad que durante años hizo nidos en piel, se aleja, sin mirar atrás, desandando sus pasos por fin.
Ya no tengo temor, te recibo con mis labios abiertos, como el loto que sobre el agua abre sus pétalos al rocío de la mañana, te siento y te deseo con todo mi ser... Pero no quiero ser tuya nada más en la piel, de Ti lo anhelo todo.
Necesito conocer lo que piensas, todo lo que sientes, reconocer en tu mirada las palabras antes que me las digas, que me sientas por fuera y por dentro, que sepas lo que pienso y lo que siento, y saberlo con mirarme apenas.
Sólo así seremos los cómplices dignos de nuestras almas, sólo así nos fundiremos en un abrazo sublime sin tiempo ni espacio, sin que nos importe nada más que el vaivén de nuestros cuerpos emocionados buscándose y encontrándose, en una danza suave y lenta in crescendo hasta el final, llenos de besos.
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Nadie sabe a quién va a querer ni por qué, el sentimiento no pide permisos, porque no se decide cuándo sientes amor, entonces, si es un amor verdadero que nace libre entre dos Corazones Ermitaños nada puede es mejor.
Y sentados entre abrazos y piernas cruzadas bajo la luz de la luna creciente platicamos, tanto y de todo como nunca antes tal vez, y nada fue raro y decidimos ya olvidarnos de la gente para mucho mirarnos y así vernos sin miedos, para darnos los besos de frente y de lado, arriba y abajo, para seguir platicando.
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Recuerdo que tomé entre mis manos tus mejillas mientras sonreías alegre y mirándote calmada te hablé en baja voz de mis deseos:
Quiero aprender cada día a besar tu boca y poder morder tus labios, así uno primero y el otro después, respirar entre miles de besos tu aliento con el mío, sentir que no transcurre el tiempo a tu lado, que estando Contigo todo entre los dos es fortuito y eso somos apenas, juguetes del destino en un universo perdido.
Si cierras los ojos cuando te beso de frente, si suspiras al roce de mi cuerpo en tu vientre, si se enervan tus senos al sentir mi pecho en un cálido abrazo, si se encorva toda tu espalda en cuanto la recorren mis manos con firmeza, si te encojes de hombros al Yo preguntarte si acaso me quieres, si me dejarás bien amarte.
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Recuerdo que después de entre la humedad de tus labios escuché de tu voz las palabras más tiernas que nadie había pronunciado:
Con el roce de tus manos en mi piel ya van aumentando mis ansias y poco a poco vas ganando terreno sobre mi cuerpo, como lava candente avanza sobre terreno inexplorado.
Mi pudor huye despavorido con la ternura de tus caricias y me abandona la soledad que durante años hizo nidos en piel, se aleja, sin mirar atrás, desandando sus pasos por fin.
Ya no tengo temor, te recibo con mis labios abiertos, como el loto que sobre el agua abre sus pétalos al rocío de la mañana, te siento y te deseo con todo mi ser... Pero no quiero ser tuya nada más en la piel, de Ti lo anhelo todo.
Necesito conocer lo que piensas, todo lo que sientes, reconocer en tu mirada las palabras antes que me las digas, que me sientas por fuera y por dentro, que sepas lo que pienso y lo que siento, y saberlo con mirarme apenas.
Sólo así seremos los cómplices dignos de nuestras almas, sólo así nos fundiremos en un abrazo sublime sin tiempo ni espacio, sin que nos importe nada más que el vaivén de nuestros cuerpos emocionados buscándose y encontrándose, en una danza suave y lenta in crescendo hasta el final, llenos de besos.
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Nadie sabe a quién va a querer ni por qué, el sentimiento no pide permisos, porque no se decide cuándo sientes amor, entonces, si es un amor verdadero que nace libre entre dos Corazones Ermitaños nada puede es mejor.
8-Ene/2020 (Serie Corazones Ermitaños)
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