Se quedó todo
Se quedó mi mano sin estrechar la tuya para andar despacio bajo los faroles del parque, sin tu brazo en mi cintura, sin mi mano en tu espalda, así nos quedamos.
Todo se quedó esperando sin saber cuándo vamos a volver, si acaso alguna vez, quizá tu mirada será mía otra vez antes de cruzar alguna calle abrazando mi pecho.
Se quedó tu pelo dorado sin la brisa fresca de la noche, la de las calles de piedra al lado del puerto, como se quedó el reloj sin sombra para marcar las horas.
Todo se quedó pendiente por visitar, una noche de museos, la música en la plaza, el bar de la esquina, el restorán del parque, el paseo en coche, todo lo demás.
Se quedó mi mirada sin el brillo de tus ojos, mi boca se quedó sin las ansias de tus labios, y se quedó todo detenido con la tristeza por una discusión estéril.
Todo se quedó esperando sin saber cuándo vamos a volver, si acaso alguna vez, quizá tu mirada será mía otra vez antes de cruzar alguna calle abrazando mi pecho.
Se quedó tu pelo dorado sin la brisa fresca de la noche, la de las calles de piedra al lado del puerto, como se quedó el reloj sin sombra para marcar las horas.
Todo se quedó pendiente por visitar, una noche de museos, la música en la plaza, el bar de la esquina, el restorán del parque, el paseo en coche, todo lo demás.
Se quedó mi mirada sin el brillo de tus ojos, mi boca se quedó sin las ansias de tus labios, y se quedó todo detenido con la tristeza por una discusión estéril.
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