Ella es
Ella es risa alegre cuando todo queda triste.
Ella es consuelo cuando acaso me equivoco.
Ella es brisa fresca en las noches del verano.
Ella es mirada de ánimo si hay alguna duda.
Ella es inspiración íntima de versos y prosa.
Ella es la imagen que despierta mis ansias.
Ella es viento en medio de la calma nocturna.
Ella es gemido de pasión en medio del placer.
Ella es palabra de aliento para el cansancio.
Ella es motivo sublime para amarla mil veces.
A veces me quedo callado detrás de los espejos, como escondido entre los reflejos y el brillo de las blancas luces, admirando su cara linda y su pelo dorado siempre peinado, contemplando el azul travieso de sus ojos habladores, deleitándome con su sonrisa de niña crecida cuando muestra con orgullo su cuerpo de mujer madura con sus curvas de hembra hermosa; sin duda la silueta de diosa que enseña hace volar la imaginación lejos.
Cuando la miro curioso su pecho con frío me habla de sus ansias de compañía, de cierta falta de cariño bueno, uno sincero que pueda ser el querer de su vida, la postura coqueta de sus caderas me enseña sin drama que sueña poder convertir en placeres sus anhelos, ser la dulce princesa del amor y coronarse reina de la pasión, a ojos cerrados y la respiración agitada, con las manos llenas de vida, con la piel colmada de caricias, para gritar por más.
La luz natural de su alma me ilumina sin dejar sombras, la bondad de su corazón me habla de una forma que no conocía, veo en sus ojos la verdad del amor, a su lado siento la ternura de un abrazo, en sus labios tersos encuentro el sabor de la dicha, en su suave piel desnuda descubro los secretos placeres de esta vida, en su mirada satisfecha me derrito, mis ojos se ríen antes que mi boca sudando los dos las pasiones del querer, y más, una y otra vez.
Ella es consuelo cuando acaso me equivoco.
Ella es brisa fresca en las noches del verano.
Ella es mirada de ánimo si hay alguna duda.
Ella es inspiración íntima de versos y prosa.
Ella es la imagen que despierta mis ansias.
Ella es viento en medio de la calma nocturna.
Ella es gemido de pasión en medio del placer.
Ella es palabra de aliento para el cansancio.
Ella es motivo sublime para amarla mil veces.
A veces me quedo callado detrás de los espejos, como escondido entre los reflejos y el brillo de las blancas luces, admirando su cara linda y su pelo dorado siempre peinado, contemplando el azul travieso de sus ojos habladores, deleitándome con su sonrisa de niña crecida cuando muestra con orgullo su cuerpo de mujer madura con sus curvas de hembra hermosa; sin duda la silueta de diosa que enseña hace volar la imaginación lejos.
Cuando la miro curioso su pecho con frío me habla de sus ansias de compañía, de cierta falta de cariño bueno, uno sincero que pueda ser el querer de su vida, la postura coqueta de sus caderas me enseña sin drama que sueña poder convertir en placeres sus anhelos, ser la dulce princesa del amor y coronarse reina de la pasión, a ojos cerrados y la respiración agitada, con las manos llenas de vida, con la piel colmada de caricias, para gritar por más.
La luz natural de su alma me ilumina sin dejar sombras, la bondad de su corazón me habla de una forma que no conocía, veo en sus ojos la verdad del amor, a su lado siento la ternura de un abrazo, en sus labios tersos encuentro el sabor de la dicha, en su suave piel desnuda descubro los secretos placeres de esta vida, en su mirada satisfecha me derrito, mis ojos se ríen antes que mi boca sudando los dos las pasiones del querer, y más, una y otra vez.
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