Mi corazón ermitaño
No tengo palabras para explicar lo que siento hoy, hoy que no puedo escuchar tu voz y esa fónica risa tuya que me conquista, hoy que no puedo atesorar la ternura sutil de tu saludo cariñoso, hoy que no puedo ni sonreír callado preguntando si acaso me has soñado, porque no tengo tu admiración de antes, porque no tengo tu atención de mujer, no te tengo hoy y sabes que a pesar de todo sufro en silencio.
No tengo en mis manos toda la verdad, nunca ha sido así, apenas puedo hoy contener con Fe el grito del silencio que clama a la Fortuna piedad por el amor del corazón, el que quiso creer que podía confiar, el Destino que sagaz puso en mi camino las pruebas de fuerza al sentimiento azul se sonríe, pero parece que el Tiempo no tuvo ya más paciencia y fugaz su curso siguió como si nada, ó como si nunca.
No tengo perdón a pesar de no haber pecado, no quiero tampoco migajas de un pan que no puedo comer, la vida será tan justa como Uno la acepte vivir, con amor y paz, sin reproches, con bondad, sin rencores, así cada día será una nueva oportunidad para amar, cada cual y su amor interior tendrán mil razones de causa y efecto para conquistarse y corresponderse sin misterio ni máscaras, sin capa ni espada.
A veces tan parecidos que creemos lo mismo y hasta nos divierte la coincidencia, y en otras somos tan distintos que nos sorprende una frase inocente dicha sin pensar, ó algún gesto imprudente acontece, y por hábito de ser tan iguales reaccionamos de forma tan diferente que no entendemos en el justo momento lo que nos está sucediendo, y entonces la riña no se hace esperar y explotamos, ¡y que pena!
Hoy te pido que no guardes las tristezas que nacieron después, mejor que te queden los recuerdos tiernos de mi corazón ermitaño, el que siente y padece por Ti con cada latido, el que se dio con furor y entregó todo sin penas y sin esperar más de lo que podía ser ayer; en cada palabra sincera te miro, en cada abrazo completo te busco, en cada beso apasionado te deseo, con la pasión en la piel soy esencia.
No tengo en mis manos toda la verdad, nunca ha sido así, apenas puedo hoy contener con Fe el grito del silencio que clama a la Fortuna piedad por el amor del corazón, el que quiso creer que podía confiar, el Destino que sagaz puso en mi camino las pruebas de fuerza al sentimiento azul se sonríe, pero parece que el Tiempo no tuvo ya más paciencia y fugaz su curso siguió como si nada, ó como si nunca.
No tengo perdón a pesar de no haber pecado, no quiero tampoco migajas de un pan que no puedo comer, la vida será tan justa como Uno la acepte vivir, con amor y paz, sin reproches, con bondad, sin rencores, así cada día será una nueva oportunidad para amar, cada cual y su amor interior tendrán mil razones de causa y efecto para conquistarse y corresponderse sin misterio ni máscaras, sin capa ni espada.
A veces tan parecidos que creemos lo mismo y hasta nos divierte la coincidencia, y en otras somos tan distintos que nos sorprende una frase inocente dicha sin pensar, ó algún gesto imprudente acontece, y por hábito de ser tan iguales reaccionamos de forma tan diferente que no entendemos en el justo momento lo que nos está sucediendo, y entonces la riña no se hace esperar y explotamos, ¡y que pena!
Hoy te pido que no guardes las tristezas que nacieron después, mejor que te queden los recuerdos tiernos de mi corazón ermitaño, el que siente y padece por Ti con cada latido, el que se dio con furor y entregó todo sin penas y sin esperar más de lo que podía ser ayer; en cada palabra sincera te miro, en cada abrazo completo te busco, en cada beso apasionado te deseo, con la pasión en la piel soy esencia.
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