La escalera está triste
La escalera me recuerda, te pregunta por Mí cada vez que pasas subiendo, te ve llegar y te reclama una parada de loca pasión antes de la despedida, mucho también te mira cuando vienes saliendo queriendo saber si al volver me va a ver, si al traerte te voy a besar detrás de la puerta como si no hubiera un mañana.
La escalera no entiende mi ausencia cuando resueltas las miradas entre abrazos, besos y caricias todo parecía ser un sueño de amor, el reflejo de una pasión sin igual que no tendría límites, zona de placeres insospechados que ingenua la sorpresa despertó del letargo una noche cualquiera, así triste queda la escalera.
La escalera aún se ríe sola recordándose de aquellas tiernas travesuras que presenció sin censura cuando cerramos los ojos respirando aprisa con furor, para alcanzar ese momento mejor que después nos deja con la mueca de satisfacción pintada en los labios mordidos.
La escalera está triste, ya nadie se detiene a charlar con ella de algún drama de amor que llame su atención, ni le enseñan posturas de cuerpos excitados buscando pasiones que sean nuevas emociones de placer pequeño, las horas pasan y sola se queda esperando por los amantes que llegan de madrugada.
Por favor detente hoy y ya dile a la escalera que no me verá de nuevo a tu lado abrazando tu espalda, que no quieres explicarle detalles de mi ausencia porque te hace daño el recuerdo, ó si quisieres dile cualquier cosa que al final ella bien sabe cómo son las cosas de la vida y no puede sino esperar un milagro también.
La escalera no entiende mi ausencia cuando resueltas las miradas entre abrazos, besos y caricias todo parecía ser un sueño de amor, el reflejo de una pasión sin igual que no tendría límites, zona de placeres insospechados que ingenua la sorpresa despertó del letargo una noche cualquiera, así triste queda la escalera.
La escalera aún se ríe sola recordándose de aquellas tiernas travesuras que presenció sin censura cuando cerramos los ojos respirando aprisa con furor, para alcanzar ese momento mejor que después nos deja con la mueca de satisfacción pintada en los labios mordidos.
La escalera está triste, ya nadie se detiene a charlar con ella de algún drama de amor que llame su atención, ni le enseñan posturas de cuerpos excitados buscando pasiones que sean nuevas emociones de placer pequeño, las horas pasan y sola se queda esperando por los amantes que llegan de madrugada.
Por favor detente hoy y ya dile a la escalera que no me verá de nuevo a tu lado abrazando tu espalda, que no quieres explicarle detalles de mi ausencia porque te hace daño el recuerdo, ó si quisieres dile cualquier cosa que al final ella bien sabe cómo son las cosas de la vida y no puede sino esperar un milagro también.
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