Laberinto de luz
Cada uno es cada cual, con su forma de ser y su manera de actuar, somos diferentes todos y parecidos a la vez, decimos del verbo amar, aunque cada cual tiene un modo de pensar. Las miradas, las palabras, los gestos y la energía al final son distintivos de cada uno.
Los caminos de la vida están todos hechos y dispuestos en una especie de laberinto de luz en tiempo y espacio, donde para pasar de un extremo al otro se necesita amor y paz, ello sólo se logra con sentimientos verdaderos y libertad de vida, con bondad y sanos deseos.
En ese laberinto de luz nos cruzamos un día, acaso sin querer, quizás por azar, y te vi y me viste, entonces hemos tenido sonrisas y unas palabras cortas, seguimos por el camino sin saber lo que pasará mañana, si es que nos esperará la Fortuna ó nos separará la Suerte.
Quiero saber más de Ti y así conocerte como eres, me interesas como persona, desde aquí se te ve feliz, de alma alegre, de mente sagaz, de trato afable y educado, comprensiva del oído y coherente en las palabras, efusiva en el saludo y de cálidos abrazos. Toda una Dama.
Mirarte como Mujer... Pues todavía no lo sé, apenas hoy puedo amada entre mis brazos imaginarte, porque no tengo ideas más allá. Los detalles de tu silueta no han llegado aún a formar parte del verso que canta la ilusión para llenarte de placeres y olvidar las ansias.
Entonces llega el momento que sabes que es tiempo de tener en tus manos los anhelos de tu corazón, y cierras los ojos para ver en tu interior, donde claman ansiosos los deseos de pasión, de sentir el amor en la piel, de dar de tu cuerpo lo mejor de Ti sin condiciones.
Porque tener interés en la Mujer sería dormir a tu lado sin pijamas y abrazarte mucho antes de levantarnos, primero darnos un beso corto sin desayuno para ir por el café de cada cual, luego bañarnos sin prisa para enjabonar tu espalda, mirarte con los ojos entrecerrados y besarte sin pausa bajo la ducha sintiendo tu cuerpo pegado al mío. Entre la espuma sentir tu humedad y el calor de tu ser cuando sin tino mueves las caderas sujetándote de mi cuello para no caerte. Después peinar tus cabellos mojados y besarte de nuevo al salir.
Los caminos de la vida están todos hechos y dispuestos en una especie de laberinto de luz en tiempo y espacio, donde para pasar de un extremo al otro se necesita amor y paz, ello sólo se logra con sentimientos verdaderos y libertad de vida, con bondad y sanos deseos.
En ese laberinto de luz nos cruzamos un día, acaso sin querer, quizás por azar, y te vi y me viste, entonces hemos tenido sonrisas y unas palabras cortas, seguimos por el camino sin saber lo que pasará mañana, si es que nos esperará la Fortuna ó nos separará la Suerte.
Quiero saber más de Ti y así conocerte como eres, me interesas como persona, desde aquí se te ve feliz, de alma alegre, de mente sagaz, de trato afable y educado, comprensiva del oído y coherente en las palabras, efusiva en el saludo y de cálidos abrazos. Toda una Dama.
Mirarte como Mujer... Pues todavía no lo sé, apenas hoy puedo amada entre mis brazos imaginarte, porque no tengo ideas más allá. Los detalles de tu silueta no han llegado aún a formar parte del verso que canta la ilusión para llenarte de placeres y olvidar las ansias.
Entonces llega el momento que sabes que es tiempo de tener en tus manos los anhelos de tu corazón, y cierras los ojos para ver en tu interior, donde claman ansiosos los deseos de pasión, de sentir el amor en la piel, de dar de tu cuerpo lo mejor de Ti sin condiciones.
Porque tener interés en la Mujer sería dormir a tu lado sin pijamas y abrazarte mucho antes de levantarnos, primero darnos un beso corto sin desayuno para ir por el café de cada cual, luego bañarnos sin prisa para enjabonar tu espalda, mirarte con los ojos entrecerrados y besarte sin pausa bajo la ducha sintiendo tu cuerpo pegado al mío. Entre la espuma sentir tu humedad y el calor de tu ser cuando sin tino mueves las caderas sujetándote de mi cuello para no caerte. Después peinar tus cabellos mojados y besarte de nuevo al salir.
14-Dic/2019 (Serie Dama y Mujer)
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