Tú y tus caderas
Caminar sin prisa, pisar sin miedo y mover las caderas con elegancia es un lujo para pocas damas, es algo que sólo puede hacer bien una Mujer Bonita, y así llama la atención de todos los transeúntes que la ven, porque su caminar es primor, sus pasos la llevan por doquier y cuando mueve sus caderas de lado a lado hasta Yo me quedo sin aliento sólo de pensar que algo más pueda pasar.
Verte pasear por las aceras de piedra de la Vieja Ciudad sin miedo al "qué dirán" es algo imperdiblemente exquisito, tu personalidad va delante abriendo paso entre la gente que no entiende los momentos de la vida para ser feliz. Yo de mi parte sólo digo que estás para comerte sin cubiertos y hasta sin beber agua. Ya para que te comas el postre hablaríamos más calmados y en privado.
Si me lo permites, puedo ayudarte al final del día a quitarte esos pantalones que tan bien te quedan (parecen pintados sobre Ti), sólo lo digo por si acaso necesitas a alguien para apoyarte, alguien que con cariño te tome de las manos y juntos los dedos suelten los botones y el zipper también. Claro que primero debo ayudarte a quitarte los tenis y las medias admirando así tus pies.
Quizás pasa que también combinas la ropa interior con los mismos colores de la vestimenta que llevas puesta, algo que la discreción de un Caballero no permitirá divulgar jamás, como tampoco comentaría nunca del olor de tu cuerpo ya desnudo entre mis caricias, menos aun diría a nadie del sabor dulce de los brotes de tu piel, que húmedos esperan con ansias por mis dedos y mis labios.
Tú y tus caderas me traen nervioso, ya no encuentro sitio para sentarme a nada y respiro hondo dos veces para mantenerme en calma, porque al ver tus nalgas apenas imagino Yo cómo se moverían ellas en medio de la pasión de un coito horizontal, cabalgando regias sobre mi desnudez hasta vencer el momento, y hacerlo de nuevo todo después, otra vez, sin temor a nada, sin mirar el reloj.
25-Ago/2020 (Serie Mujer Bonita)
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