Hablar más Contigo
Desde
que te conocí pensé que en una eventualidad del azar serías Tú tanto más
conversadora que Yo.
Cuando
te escuché hablar por vez primera me sobrecogió de inmediato el poder del
sentimiento en tu expresión. Me encantó tu palabra y luego te miré, entonces
quedé cautivo de tu personalidad, simple y sencillamente. Fue un momento de
paz.
Luego,
empezados los diálogos preliminares (aún siendo remotos y virtuales) se
reafirmó mi primera impresión, además de que me deleitaba mucho escuchar tu
voz, el timbre mágico de tus cuerdas vocales, la melodía pegajosa de tu
pronunciación, las ocurrencias tan propias de tus expresiones, la correcta
articulación de todas las palabras, y cuando se colaba una risa entre los
relatos era como alcanzar las nubes sin siquiera moverme de tu lado. Era como
soñar despierto.
Sin
embargo, con el pasar de los días por varias razones (creo que todas
atribuibles a mi extraña forma de ser y particular manera de actuar), tu voz se
quedó en silencio, tu risa se dejó de oír, y Yo no hago más que lamentarlo.
Lo
lamento, primero porque pienso que disfrutabas conversar Conmigo, y segundo
porque Yo mucho quería hablar más Contigo, pero sobre todo lo lamento porque
siempre hablamos la verdad, algo raro ya en nuestros días. Pero igual, así en
silencio Yo también me quedo.
Me
gustaría poder hablar más Contigo, de seguro aún lo disfrutaría (quizás también
Tú), ciertamente me daría alegría, incluso espiritualmente mucho bien me haría.
No sé Tú qué opinas, tal vez algún día nos sentamos, a los ojos nos miramos y
finalmente conversamos.
Cualquiera
diría que por una rara vuelta del Destino, el Amor y el Tiempo nuestras vidas
han un poco complicado (tal vez todo lo complico Yo), pero a la postre la
Fortuna sabrá cuándo, cómo y dónde permitir que todo pase entre Nosotros, si
acaso.
Aún
en silencio te busco y te espero, paciente y sin miedo.
13-May/2019 (Serie Amor y Tiempo)
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