Caminábamos

Dicen los expertos ancestrales en las artes del amor que hacer cosas diferentes siempre es importante y necesario, hasta rezan que "en la variedad es que está el encanto", así que para variar decidimos salir a pasear, a caminar un rato por la vieja ciudad.

Caminábamos sin prisa entre la gente, bajando a la calle y subiendo a la acera, de improviso la tomé de la mano y me miró con cara de asombro, será que le pareció raro, mas eso hace un Caballero, cuidar a su Dama para que no tropiece, para que no se caiga. Nos detuvimos un instante, la miré de arriba a abajo, al derecho y al revés, de izquierda a derecha y le dije, "déjame tomarte de la mano, hay mucha gente por aquí". Me respondió sin palabras, con la mirada. Caminábamos de nuevo, pero sueltos de las manos. Alegres con lentes de sol puestos y sin argumentos caminábamos por la peatonal, y los pasos nos llevaron hasta un tradicional zaguán para degustar un café muy especial, grávido de aromas, sabor y recuerdos de juventud. Caliente, negro, fuerte y sin azúcar. Hacía bastante calor, a pesar del calendario el verano había olvidado marcharse y el otoño como que no estaba por discutir, así que, sin bemoles caminábamos buscando las sombras del parque para ubicar un banco solitario donde sentarnos un rato a descansar. Caminábamos y sólo Dios sabe lo que iba Ella pensando, Yo confieso que en plena calle quería abrazarla, cargarla y besarla, como si nada existiera a nuestro alrededor. Yo la miraba de reojo cada dos pasos admirando su belleza de mujer. Disfrutaba el paseo. Así es esta encantadora Persona Única, siempre a su manera, a todo dispuesta y más si hay café, con buena energía para conversar de esto y de aquello, con una sonrisa franca y con la mirada altiva, pero sobre todo, perfecta para amarla sin querer cambiarla.
25-Sep/2021 (Serie Persona Única)



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