Tomándonos un café

Cualquier día es bueno para descubrir esos secretos que se esconden tras el humito que suelta el aroma de un café recién colado.

Tomándonos un café podríamos entender muchas cosas, de la política y los deportes, también de mecánica, incluso de religión, pero más que nada sería interesante para conocernos mejor, Tú y Yo.

Además, tomándonos un café sí tenemos la oportunidad de compartir miradas largas y gestos naturales, más que palabras al viento.

Fue tomándonos un café que conoció mi vista tu cara y tus manos fueron mías, tu sonrisa me encantó y así tu bondad me conquistó.

Si acaso un día cualquiera tomándonos un café, incluso conversando de algún tema poco importante, sin darme cuenta de repente se me escapa discreto de los labios un "te quiero", por favor no me juzgues, a veces eso me pasa, sobre todo cuando llueve al final de la tarde. Lo que sucede es que la conexión del cerebro al corazón hace como un corto circuito y chispea sin pedirme permiso.

Y recuerda, lo que deja de ser constante deja de ser importante.

26-Ago/2021 (Serie Madrigal)



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