¡Caramba Pajarillo!

♦ ¡Hola Don! ¿Cómo me le va mi Señor?
♣ ¡Caramba Pajarillo! Un gusto saludarte. ¡Cuéntame! No me fijé que estabas por ahí mirando. ¿Cómo estás, cómo te sientes?
♦ Pues estamos bien, a Dios gracias.
♣ Ven, acércate, eres muy colorido.
♦ Disculpe Usted si le molesto, me fijé que paró de comer. Sólo quería preguntar si se va a comer lo que le queda sobrando de las papitas, sí acaso lo va a botar para que me permita comer un poco. Por aquí solo encuentro frutas y me gusta degustar algo distinto de cuando en vez.

♣ ¡Claro Pajarillo! Deja que las sacuda para quitarles un poco la sal y las rompa en pedacitos para que puedas comerlas mejor.
Ufff! Gracias mi Señor, es muy amable. La sal me da mucha sed y entonces se me quita la hambrita bebiendo tanta agüita.
♣ ¡Qué bien hablas Pajarillo! ¿Dónde aprendiste a rimar así las palabras?
♦ Gracias mi Señor. Antes volaba tras los niños de la casa de enfrente a mi árbol cuando ellos iban a la escuela. Entonces me quedaba afuera, cerca de la ventana, y escuchaba las lecciones.

♣ ¡Qué bien! Eres muy listo Pajarillo. Creo que muchos humanos desearían hablar tan bien como lo haces tú. En verdad te felicito.
♦ Gracias mi Señor. Al principio como que no entendía lo que hablaban, pero poco a poco fui cogiendo, y la clase de literatura me gusta mucho, era una de mis preferidas.
♣ ¡Válgame Dios! ¿Quién lo iba a decir? Un Pajarillo hablando en el parque Conmigo.
♦ Perdone mi atrevimiento, el olor de las papitas me trajo hasta aquí, como a Usted lo vi sosegado y bondadoso, osé conversarle.

Nah! Por nada te preocupes Pajarillo, si agradecido estoy Yo de poder conocerte.
♦ Oiga, pues sepa que a la mayoría de los humanos yo les vuelo de lejos. Es que casi siempre nos quieren agarrar y a veces hasta sin razón nos hacen daño. Igual nos pasa con los cuadrúpedos peludos, ya perdí un hermanito a dientes de un felino. Fue muy triste.
♣ Lo lamento Pajarillo, imagino que pasas muchas crujías aquí afuera solo cuidándote de tantos peligros. Me encantaría hacer algo, si pudiera ayudarte, pero no sé cómo.

♦ Gracias mil mi Señor, bastante ya me ha ayudado hoy, con esta comidita extra voy teniendo mayor fuerza para volar más alto y más rápido. Los carbohidratos me ayudan con la resistencia, y puedo volar más lejos.
♣ Oye, pero hasta de nutrición aprendiste.
♦ Sí, sí, es que en la escuela la enseñanza es abundante. Claro, para quienes quieran aprender. A mí me ha servido de mucho, incluso yo les enseño trucos a mis tíos y a mis primitos. Soy como un hermano mayor, porque mis padres ya no están nosotros. Perdón.

♣ Tranquilo Pajarillo, ven, por favor sigue contándome. ¿Qué le pasó a tus padres?
♦ Perdone Usted mi Señor, es que yo no acostumbro a hablar tanto, y menos con humanos. Además, me da tristeza el tema, mis padres eran buenas aves, pero un día llovía y salieron a buscar comida, entonces ya nos los volví a ver. Al siguiente día un vecino llegó y me dijo que los había visto, que habían caído mojados y agotados sin poder regresar al nido, y un niño jugando luego los mató.
♣ ¡Caramba Pajarillo! Mucho lo lamento.

♦ Gracias mi Señor. A veces es tan cruel la vida que... Pero nada, yo creo en la bondad, habemos muchos seres vivos con buena voluntad y ganas de cantar cada mañana.
♣ ¿Ah? O sea, que tú cantas al amanecer.
♦ ¡Oh sí mi Señor! Fuerte y suave también, mi noble padre me enseñó desde pequeñito a cantar como lo hacen los ruiseñores. Claro, siempre guardando la distancia, que somos aves sencillas y con el pico corto.
♣ ¡Qué bien! Eres tremendo Pajarillo, y tu conversación es fenomenal. Me gustaría verte a menudo.

♦ De mi parte será siempre un gusto mi buen Señor. Verá, no suelo volar a menudo por aquí porque vienen muchos humanos a pasear sus mascotas, pero si quedamos para vernos y charlar un rato lo espero en lo alto de un árbol por ahí. Y si acaso trae papitas, pues mejor. Y por favor disculpe que le pida de comer, es que ya me canso persiguiendo lombrices. No soy tan joven.
♣ Pajarillo, el gusto será siempre mío, y por supuesto que traeré algo de comer cada vez, ya verás lo bien que la vamos a pasar conversando.
♦ Pues listo mi buen Señor, Usted me dice cuándo viene y aquí yo lo espero sin prisa.
♣ Yo te diría que cada jueves al atardecer, tipo 5 de la tarde ¿qué te parece Pajarillo?
♦ Sí, para mí suena bien mi buen Señor.
♣ Oye Pajarillo, lo único que te voy a pedir para la próxima vez que nos veamos, es que te relajes y dejes las formalidades Conmigo. Yo sólo quiero ser tu amigo y conversar contigo sin tanto afán. Además, si quieres, puedes traer a algún pariente tuyo para que coma también, no hay problema.

2-Ago/2021 (Serie Pajarillo)

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