Pobre tonto
Cada día todo parecía ser mejor, bonito, en verdad cada vez que la veías sí latía más aprisa tu viejo corazón, ese noble roble de anchas raíces y que abonado para bien volvía a anidar alguna esperanza de una felicidad añorada. Soñando estabas.
Pobre tonto.
Hoy en penumbras queda la habitación, a la espera de poder consolar una larga noche de ojos abiertos, aquello que era cosa pasada sutil vino de nuevo a preguntar, pero ya no quedan respuestas ni promesas para mañana, hoy los sollozos se oirán.
Pobre tonto.
Se quedaron azules los sueños tirados en la cama con las ganas rosadas de ser lo que nunca fueron, de las palabras quedaron los ecos, de las miradas el brillo de una lágrima y de los labios el color pintado en las copas, lo demás fue olvidado.
Pobre tonto.
Al través de la ilusión de vivir sin pausa sonriendo por unos días llenos de novedad y emoción, llegaste al punto de creer que existe el amor verdadero, uno que no duele, ese de no llorar, el que no te hace perder el sueño hondo para ya soñar.
Pobre tonto.
18-Ago/2021 (Serie Madrigal)
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