Bella y hermosa después

Me delatan la mirada pícara y la cara enrojecida cuando te veo al saludarte, ¡tan linda que eres! Bella y hermosa después.
Si pudieras entender lo que gritan mis ojos al mirarte sabrías que te quiero más allá de la piel y los gemidos, y aunque creas que te sobra peso no me quejo, y aunque sea fuerte tu carácter nada le cambiaría a tu personalidad, a los cobardes nadie los recuerda.

De tu cara bonita, los ojos brillantes y los labios risueños, son los primeros que me dejan medio gago, acaso buscando como hilvanar palabras que tengan un cierto sentido para empezar Contigo a conversar.
Ya después al ritmo del viento cuando se mueve tu pelo en un vaivén me deja sin aliento con su esplendor, y su rico olor a flor silvestre me hace suspirar, casi cerrando los ojos.

Entonces, cuando pronuncias las primeras palabras es tu voz la más tierna melodía que arrulla en mis oídos el soñar de las vocales y consonantes de un idioma parecido a la poesía, y cada frase, o mejor dicho, cada verso que habla tu garganta es la musa que inspira mi sentir y acelera mi respiración dejando alegre mi corazón.
De la suavidad de tu piel nada digo, me calla la censura.

Luego, entre sonrisas y miradas surge la complicidad, que se ocupa de solventar la distancia entre mi boca y la tuya, muy traviesas mis manos se sueltan con cierta destreza por toda tu anatomía, buscando en los rincones provocar sensaciones de placer, sin pudor va cayendo la vestimenta hasta el suelo, todo de Ti es sensacional, por eso digo que primero eres bella y hermosa después.

Del sabor de tus labios y el gusto de tus besos podría escribir un amplio ensayo de graduación, pero siendo Tú la maestra he preferido dejar ese tema a tu redacción.
Tampoco debo abundar usando adjetivos sobre ciertos movimientos que terminan dejándonos sin fuerzas tirados en la cama, incluso sudados. El del clímax es un escrito aparte que queda para lectura privada de los amantes.

20-Feb/2022 (Serie Amor cotidiano)

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