¡Cómo me miraba!

Entré quitándome las gafas oscuras, el mediodía había llegado con el sol a toda plenitud; la primavera tiene los días contados. Me abrazó largo. Antes de hablarme ya tenía Él en la mano una cerveza. Yo al sentarme preferí tomar un capuccino, lo necesitaba.

Apenas sonriendo me miraba, me miraba a los ojos como queriendo leer en mis pupilas todo eso que a nadie le digo, aquellos secretos de Mí que solo mi almohada conoce. Me miraba con tanta ternura que creo que empezó a escucharme, aún estando mi voz callada.

¡Cómo me miraba! Sus pequeños ojos marrones parecían sinceros. A pesar de la novedad su compañía mucho me agradó, su palabra honesta me regalaba confianza para conversar de casi todo, es natural, tímido a veces mas otras resultó audaz al hablar del pasado.

El Tiempo, discreto voló a toda velocidad y nos dejó ahí sentados, acaso distraídos nomás mirándonos, ni siquiera nos dimos cuenta de cómo se escurrieron las horas entre sorbos de café y cervezas, entre alegres diálogos conversando de la vida, de Nosotros.

¡Cómo me miraba! Empecé a sentirme cómoda y a mirar sus ojos Yo también, sin comer ansias le sugerí tomar algo, el alcohol ayuda a suavizar algunas posturas, así probamos unas cervezas que no conocía. Aún después no dejó de ser el caballero que me cautiva.

Francamente debo precisar que no me agradan las despedidas, decir adiós no es lo mío, pero hoy en verdad quería saber cómo terminaría la cita. Yo me marchaba sin expectativas, pero la Curiosidad estaba parada a mi lado esperando el abrazo. ¡Cómo me miraba!

Es gracioso, todavía al final del día el espejo de mi aposento me pregunta por qué desde que regrese a Casa ando sonriendo. ¿Cómo le explico? Mi almohada sin embargo, me acogió con frescos olores y me arrulló cantándome baladas al oído. Yo, quería besarlo.

20-Jun/2021 (Serie Deseos de Mujer)



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