Viejo Ermitaño
♣ Dime Gato, ¿dónde andas metido? ♦ Buen día Humano. Aquí vigilando en el balcón, que hay unos animales volando. ♣ ¡Oye! Te he dicho que dejes los pajaritos vivir en paz, tú tienes tu comida. ♦ Es que me provocan, me vuelan cerca. ♣ De seguro algún pichón te comiste y te vieron, por eso te persiguen. ♦ No creo, yo soy muy discreto. Pero más agachado andas Tú. Llegaste tarde anoche. ♣ Eh... ¿Qué te digo Gato? En la tarde estaba compartiendo un momento especial con Bella. Pero no es necesario que sepas todo de mi vida privada, serás mi Gato, pero Yo siempre seré un Caballero. ♦ Sí, sí, sí. Ya sé, los Caballeros no tienen memoria. Esa es la excusa clásica que usas para no contarme de tu vida romántica, que a veces parece tan privada como inexistente. ¡Pero bien! ♣ Así es Gato, igual debes recordar la segunda parte de la máxima: "las Damas no tienen pasado" así que no hay nada qué contar. Pero, para que dejes de quejarte como un infante, te voy a comentar que todo marcha acorde