Recordando la fotografía
Cansada
un día llegarás a tu casa, sin ganas de conversar después de un largo día
laboral, y encontrarás una flor prendida en tu puerta, y no tendrá una nota de
remitente, sólo tendrá el brillo del sol y los colores de la esperanza, y no lo
vas a creer porque de antes lo sabías sin siquiera tener que pensarlo, ya lo
habías leído casualmente un día, sin imaginarlo reías ante tan cursi relato sin
soñar el momento.
Es
así como suceden las bellas cosas del vivir, y recordando las fotografías
entenderás una y otra cosa, entre uno y otro despertar volverás a ver otra vez
todas las imágenes guardadas, las de cada amanecer del otoño que haría renacer
la ilusión de un sentimiento que ya conocías pero que dabas por muerto.
A
Ti, que sutil fuiste la fuente de aguas claras con espumas perfumadas que bañó
mi entonces inocente imaginación, mi eterna inspiración azul de cada amanecer,
sonrisa cálida cual sol radiante en todas mis mañanas sin destino, brisa fresca
en las tardes de antojo por encontrar un abrazo perdido, ferviente anhelo
guardado de tener mil besos de ensueño en mis noches de ojos abiertos, grito
callado en boca sin labios en medio de húmedos sueños en cada madrugada, a Ti
con cariño eterno dedico estas páginas encantadas que se llenaron con dulces
palabras en la soledad silente del aposento, entre sábanas y almohadas sin luz.
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