Te veo al mirarte
Inmóvil hoy te ha visto de improviso el ojo del móvil y tu rostro se ha querido pintar con los colores del día, maquillando con destreza tu piel, tu mirada y tu sonrisa, todo a costa de tener la paz que te permitirá seguir sin ansias andando por el camino.
¿Dónde dejaron tus ojos el brillo de la ilusión para ver más allá del lente de la cámara? Tus pupilas se quedaron sin hablar de tus anhelos y la imagen casi muda las coloreó de negro, así para que nadie notara aquella tristeza que otrora llorando callaron.
¿Quién atrapa tu sonrisa en el aire y no la deja en tus labios posarse? Ellos se quedan de rojo pintados haciendo con tu boca una alegre mueca para la fotografía, así para que nadie se entere que reírte no quieres. Empero Yo que te veo te pregunto primero.
¿Por qué se rinde el cabello lacio cayendo sobre tus hombros sin motivo de orgullo? El dorado sutil refleja la ambición del color para peinarse mejor con menudo movimiento, así para que todos profesen mayor aceptación a una elegancia que nació de una moda.
Fuera del pecho llevas hoy para todos lados una alegría pintada, una tierna figura muy bien conocida para que todos sin hablar sonrían al verte llegar, así para que nadie pregunte saber cómo estás ni tener que explicar de las cosas que aún piensa tu mente.
Te veo al mirarte y me quedo pensando si quizás al mirarte de nuevo te veré igual ó acaso esta vez sin miedo me quisieras hablar de esos relojes sin manijas que guardas en tu pecho sin que el tiempo puedan contar, porque prefieres esas horas poder olvidar.
¿Dónde dejaron tus ojos el brillo de la ilusión para ver más allá del lente de la cámara? Tus pupilas se quedaron sin hablar de tus anhelos y la imagen casi muda las coloreó de negro, así para que nadie notara aquella tristeza que otrora llorando callaron.
¿Quién atrapa tu sonrisa en el aire y no la deja en tus labios posarse? Ellos se quedan de rojo pintados haciendo con tu boca una alegre mueca para la fotografía, así para que nadie se entere que reírte no quieres. Empero Yo que te veo te pregunto primero.
¿Por qué se rinde el cabello lacio cayendo sobre tus hombros sin motivo de orgullo? El dorado sutil refleja la ambición del color para peinarse mejor con menudo movimiento, así para que todos profesen mayor aceptación a una elegancia que nació de una moda.
Fuera del pecho llevas hoy para todos lados una alegría pintada, una tierna figura muy bien conocida para que todos sin hablar sonrían al verte llegar, así para que nadie pregunte saber cómo estás ni tener que explicar de las cosas que aún piensa tu mente.
Te veo al mirarte y me quedo pensando si quizás al mirarte de nuevo te veré igual ó acaso esta vez sin miedo me quisieras hablar de esos relojes sin manijas que guardas en tu pecho sin que el tiempo puedan contar, porque prefieres esas horas poder olvidar.
16-May/2020 (Serie Fotografía y Sentimiento)
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