La vida sigue su curso
Una barrera hoy encontré entre tu pecho y mis brazos, tuve una distancia fatal de tu cara adornada de gestos extraños, ni siquiera el peinado era el habitual, entonces miré tus ojos y permanecían callados en llanto, sin saber todavía cuál era la causa del enfado ya me había sentenciado tu orgullo cruel a pena de muerte.
Con la mirada de lado los labios apenas movías para decirme mil cosas que no me hacían sentido, tus manos lejos de las mías por primera vez yacían atrapadas en una ira que no se descubría, y Yo sin poder defender el honor de la honestidad, sin poder explicar el sentimiento espontáneo que me lleva por doquier sin reparo.
El misterio de estar vivo a veces no explica detalles, el amor cuando siente no adivina y después cualquier palabra sobra porque la soledad no escucha consejos ni mira a lo lejos, el odio de un pasado otra vez ocupó el pensamiento, de nuevo pagó la factura el que ahora ama sin ser el deudor, pero la vida sigue su curso.
Con la mirada de lado los labios apenas movías para decirme mil cosas que no me hacían sentido, tus manos lejos de las mías por primera vez yacían atrapadas en una ira que no se descubría, y Yo sin poder defender el honor de la honestidad, sin poder explicar el sentimiento espontáneo que me lleva por doquier sin reparo.
El misterio de estar vivo a veces no explica detalles, el amor cuando siente no adivina y después cualquier palabra sobra porque la soledad no escucha consejos ni mira a lo lejos, el odio de un pasado otra vez ocupó el pensamiento, de nuevo pagó la factura el que ahora ama sin ser el deudor, pero la vida sigue su curso.
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