No tengo prisa

No tengo prisa

Después de la tormenta toca secar el piso y recoger los escombros que provocó el paso de la tormenta, ya calmado el cielo y perdido el miedo por la destrucción que se venía, es momento de respirar hondo y volver a poner todo en su puesto. Es un rato triste, mas también necesario.

Recuerdo de la infancia la sabiduría de mi Madre antes situaciones similares: precaver y preparase, esperar con paciencia que pase el mal rato, levantar la cabeza y seguir adelante. De niño sonaba fácil, hoy, no tanto.

Afortunadamente algunas tormentas vienen a limpiar y se llevan consigo todo lo que no funciona bien, no imaginaba que fuera una manera de evolucionar, pero funciona. Ahora no tengo prisa, sé que me vendrán bendiciones.

2-Oct/2023 (Serie Cortos de un Ermitaño)

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