Me enseñaste a sonreír
Me enseñaste a sonreír
Me enseñaste a sonreír sin tener otro motivo, de sólo verte me daba alegría y nada más quería, estar Contigo haciendo cualquier actividad, estar a tu lado, muy cerca de Ti, sintiendo la energía de tu alma y los latidos de tu corazón, entre Nosotros todo era bondad, armonía y paz.
Me enseñaste a sonreír sin inventar un chiste, sin pensar qué hacía, sin saber cuál era el día, ¿y para qué? Veo ahora la mueca triste en el espejo y no encuentro qué hacer para recuperar esa sonrisa que Contigo tenía.
Me enseñaste a sonreír a toda hora y por siempre agradecido de Ti estaré; sí, son más gratos los buenos recuerdos que las penas del olvido, la experiencia me da fuerza para entender la ausencia y confiar en el destino.
11-Oct/2023 (Cortos de un Ermitaño)
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