Sentir en canciones

Hoy quisiera saber si puedes perdonar mi honesta forma de dedicarte canciones.

Sé que no tengo siempre tu permiso para hacerlo, que sin quererlo tu piel se eriza en ocasiones, pero espero tener siempre tu perdón pues la fuerza del corazón cuando late no te miente, no engaña la piel a la mente cuando se humedece y no esconde tristezas la sonrisa en tus labios.

Sé muy bien quién soy.

A veces, y para bien, has sido tenaz y muy dura con tus opiniones y comentarios, aunque mucho te agradezco la sinceridad, no hace que duela menos. Pero al final me queda el consuelo de sentir que te importo más cada día y con cada palabra Tú me gustas más todavía, así como eres, tierna, fiera a ratos, luego sagaz y analítica, rasgos que admiro en silencio mientras sonrío sin prisa.

Tal como hacen los días vienes y vas, atando risas y lamentos varios entre amaneceres y atardeceres, dejándole a las noches todo para pensar, lo bello de vivir y también lo triste. Sí acaso algún sueño en la madrugada te asalta excitada al despertar recuerdas el gusto de viejas pasiones, aquellas que hace tiempo callas para no llorar, esas que hoy sólo tus dedos reconocen al tocar.

Sin embargo, cuando todo se queda quieto sobre la cama y bajo las sábanas, cuando las voces se callan y sopla la brisa de la madrugada tratando de acompañar la soledad del aposento, las Gemelas se despiertan a la par, una mira a la otra y así comienza una disputa que no acaba planeando sin acuerdo los días por venir. Y los Peces enterados se dejan de perseguir tratando de entender.

Sentir entre canciones, fresco aire de maravilla que nos invade recordando ayeres y anhelando paz tras los placeres, momentos de la vida tan sutiles que apenas cantando ya deja que se cuele hasta el pecho esa memoria efímera que invoca cada canción, recuerdos de caricias y besos que son privados de cada corazón, porque cada canción es alguna historia que no siempre podremos contar.

21-May/2021 (Serie Aire de Mercurio)