Hoy leerle fue diferente

No acostumbro distraerme cuando en la mañana tomo mi primer café, pues tampoco tengo la imaginación habilitada tan temprano, de hecho es precisamente la cafeína la que enciende mi cerebro después de amanecer y me espabila.

Hoy mirando por ahí, en las Redes Sociales, como sin querer encontré uno de sus escritos habituales, los que publica por las mañanas como para desayunar a gusto leyendo lindas palabras que van formando bellas frases que cuentan románticas historias de mundos lejanos habitados por personajes enigmáticos, donde a fin de cuentas todo es ficticio, pero que son casos más reales que las noticias de los periódicos. Y es verdad (aunque no tan temprano) mucho me gusta leerle, no importa el tema que aborde siempre me detengo y lo miro, igual tengo que reconocer que me encanta cuando habla de Mí sin indicar mi nombre. Total, nunca Yo pronuncio el de Él, y así nos entendemos, al menos eso creo.
Esos los leo más de una vez... Una y otra vez.

Pero hoy leerle fue diferente. No parece que estaba bien despierta (ahora no recuerdo), puesto que me serví más café y me senté a leer aun en pijamas, sin comer ansias pero sí muy curiosa, como acostumbro.

Según leía definitivamente me iba despertando, iba imaginando lo que decía y así mi piel se iba erizando, mi frente empezaba a sudar frío y mis orejas enrojecidas se calentaban cada vez más, al final mi cuerpo se iba estremeciendo por fuera y por dentro, creo que terminé de leer ya con taquicardia.
¡Qué cosas dijo hoy!

Son cosas que me gustan pero me asustan.
A veces siento que le confieso lo que pienso cuando duermo, al menos eso me parece, y no sé cómo me oye pero lo hace, pues luego me cuenta esas cosas que mi vida sueña, y cada palabra parece pronunciada por mis labios, incluso entonada por mi voz al compás de los latidos de mi corazón.
Sonriendo sin hablar me quedo.

25-Jul/2019 (Serie Wendy)

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