Cuando aprendes
Cuando
has visto pasar entre días y noches las horas de risas que brillan entre los
colores pasteles de cada atardecer, entiendes que todo tiene un momento para
suceder y cada compañía se tiene para disfrutar de la vida.
Cuando
has visto pasar entre noches y días las horas calladas que duermen en cada
madrugada esperando el alba para dejar la almohada tranquila, sientes que le
faltaba al cuerpo el merecido descanso para continuar.
Cuando
aprendes a mirar entre los ojos los colores del alma, la forma cómo quiere el
corazón, cuando aprendes a oír el canto de los íntimos anhelos que ríen y
lloran por las pasiones del cuerpo, entiendes del amor.
Cuando
aprendes a ver la belleza de adentro, la del corazón enamorado y así la bondad
del alma, entiendes que no tiene culpa lo bello y vale más vivir el tiempo
abrazados de pecho y espalada con la sonrisa cantando romances.
Cuando
aprendes a besar sin prisa, a tener en los labios la ternura de unos besos
menudos que saben a bien, que quieren tener el aliento de una boca que osa ser
alimento y sustento, no buscas besar de otra forma nunca jamás.
Cuando
aprendes a entregar todo el deseo que guarda tu cuerpo a quien amas y así te
aman de igual manera, el placer toma una dimensión divinamente exquisita, donde
las palabras van sobrando y queda un eco de voces.
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