Sentada sin posar
Sentada
sin posar, sin reparar la postura y sin prisa para la fotografía, alegre y
natural se le nota con una sonrisa, las manos apenas se atan y sostienen sus
rodillas mostrándose entera ante la luz del rápido lente que la capta feliz
para deleite de las miradas que acechan.
La
casual vestimenta de otoño que ostenta luce combinada con el sillón donde
cómoda reposa poniendo sus pies descalzos sobre el borde inferior, cual toque
sutil y sencillo de expresión de libertad que así llena de paz el ambiente
donde observan todos los demás.
Su
mirada no guarda secretos de infancia y con toda calma pintados sus labios
sonríen, incluso combina con tanta alegría un collar brillando sutil en su
cuello sin sudar siquiera, así queda linda la foto, un bello recuerdo de algún
momento, cualquiera sería después.
No
sé si esta vez hace justicia la fotografía a la belleza de todo lo dicho sin
rima, pues falta decir lo que no se ve sin mirar, todo lo que la bondad regala
y aquello que el deseo carnal reclama, lo que no tiene colores ni luces, pero
llena los corazones de emoción y pasión.
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